Teófilo Tortolero y su poesía de belleza visual
Especialista en Marketing Digital, Comunicador Social, Publicista y Copywriter.
Poeta y abogado venezolano. Nació en Valencia, Estado Carabobo en el año 1936 y falleció en el año 1990. Fue cofundador de las revistas «Poesía» y «Zona Tórrida». Teófilo Tortolero y su poesía de belleza visual.
Su estilo poético está marcado por elementos muy particulares. En primer lugar podemos encontrar en su lírica un estado de ansiedad y el sentido trágico de la vida, pero siempre con lenguaje sedoso, con nostalgia aunque con oscuridad.
Desarrolla un lenguaje punzante que termina narrando el paisaje a su conveniencia con una rica belleza visual que casi se puede escuchar. Una gran capacidad descriptiva que sobrepone texturas hasta llegar al surrealismo. Se aprecia la necesidad de ser protegido por un poder creador.
En el año 1973 se publicó «Las Drogas Silvestres» en Papel Literario de El Nacional.
Obra poética publicada
- Demencia precoz (1968)
- Las drogas silvestres (1972)
- 55 poemas (1981)
- Parfuma Jaguaro («Perfume de Jaguar»-Edición bilingüe al Esperanto, 1984)
- La última tierra (1990)
- El libro de los cuartetos (1994)
Teófilo Tortolero y su poesía de belleza visual
Poema Mares
Poemas del libro Las drogas silvestres (1972)
“Nuevamente los mares deslíen sus cabellos
de oscuros olores
donde viene a batir la fragancia trágica
Nadie tal vez conoce esta inclemencia
que arde en los pliegues de la salada soledad
al reventar los dardos del sol
las furias y lozas del agua
El viento, un clamoroso viento
eleva las playas carcomidas
y saca sus maderos y animales trizados
a la puerta de arena
Un grito de la ceguera líquida
ha inflamado este día
y de su corazón, de su almendra amarilla
ha saltado el licor de los ensueños
Mares nuevamente
de imposible fulgor y silencio
implorantes a un lado de la costa.
Discurre la vida
en la tarde y las flores
frente a mi memoria
Son tantos días de penas alambradas
que hizo el viento
Respiró el alma de este día
que se hace noche
y siempre guardo la almohada
y la esperanza de un cielo que no acaba
de desplomar sus soles
Acaba esta mentira, Dios mío.
Bajo los puentes me diste el aire seco
y tormentoso
soplaste tempranamente el corazón
que ahora se humedece por toda la tierra”.