7 CARAQUEÑOS

La Guía de Caracas no escogió el clima o El Ávila, ni la Ciudad Universitaria o el Teatro Teresa Carreño; escogió a gente para celebrar el año y, ahora más que nunca, la vida. Gente que hace una ciudad. Que la hace civil y civilizada. Que la hace libre y expansiva. Los 7 magníficos en su edición pandémica son 7 personajes que libraron un confinamiento y se elevaron por encima del doble obstáculo de vivir en uno de los países con la más alta hiperinflación mundial, una restringida libertad de expresión y una desesperante ambigua situación política que afecta a todos los círculos sociales. Con la alegría de explorar, experimentar, adaptar y cambiar de piel al tener que obligatoriamente, crecer.

Los 7 caraqueños vistos a través de la mirada de otro magnífico que los documenta a través de su lente y ese ojo acucioso en busca del instante posado sobre su famosa silla: Samuel Hurtado. Uno, en traje de “estar por casa” y otro, de “ser en calle”.

Elisa Vegas

CON LA MÚSICA A OTRA PARTE

Elisa Vegas, directora de la Sinfónica Gran Mariscal de Ayacucho, la pandemia la obligó a cambiar del canal físico y tradicional para una orquesta al, digital de nuevo cuño, distanciador. Un distanciamiento que los ha unido más que en tiempos de indiferente normalidad. Su orquesta carga el rito fundacional de romper paradigmas en estilos, cadencias y compositores. En esta pandemia, Elisa embarcó a todo su equipo en el mismo barco con camarotes individuales. Cada uno desde su casa fue revisando su relación y existencia frente a su instrumento. Empezaron a ensayar vía “on line” en individual, luego duetos, tercetos, cuerdas, vientos… percusión, hasta rearmar una nueva nave y desintoxicarla con paciencia y fe al verse en el espejo íntimo y reflexionar sobre la esperanza de un país en crisis. Fue un proceso orgánico que al pasar los meses empezaron a retomar en “físico”, poco a poco: solos, duetos, tercetos, cuerdas… Y “la orquesta suena mejor que antes”. La soledad, la meditación interna revalorizó el conjunto y la unidad. El ímpetu esperanzador de Elisa logró nueva sede en la UNIMET y nueva sala de ensayos en la torre Polar. Un año para recordar positivamente, batuta en mano.

Diego Vallenilla

EL DESEO DE UN INSTANTE

Dieguísimo: “un venezolano viviendo en Venezuela”, no es un Perogrullo, hoy día. Es toda una hazaña que Diego Vallenilla carga con una sonrisa cautivante y contagiosa. Fue abogado exitoso y, quizá de tanto hablar, dejó que las imágenes, ahora, hablaran por él, renunciando a los litigios. Aficionado a la fotografía sin ninguna pretensión crematística se lanzó a la calle con un cartel de apenas dos palabras: “¿Qué quisieras? La respuesta desde la ventana o el balcón urbano contestaba, y el instante se eternizaba. Comenzó por una calle, una cuadra, un municipio y terminó por todo lo ancho y largo de Caracas. Su propuesta prendió las alarmas noticiosas de la BBC, la CNN e innumerables medios impresos y plataformas digitales: Una nueva forma de ver y captar la pandemia. Dieguísimo se hizo viral por IG y el tranquilo otrora abogado se convirtió en un Midas de la fotografía documental. Ese deseo íntimo tocó el alma de Diego con el recurrente llamado al regreso de las aves migratorias de hijos y padres, de soledad y abrazos, de “soltarse el moño” o teñir canas abandonadas. Desde el más frívolo anhelo hasta el más profundo existencial, todo y todos, estaban contenidos en el continente de la Libertad.

Armando Velutini

CECI N’EST PAS UNE BRIQUE

La introspección y aparente timidez del arquitecto Velutini encontró buen cobijo en el surrealismo siendo diseñador gráfico, al crear un particular y original Brick Canvas con guiños a Magritte en su inicial Son of man. Una pipa que dejó de serla (Ceci n’est pas une pipe) al acostarse en el lienzo de un cuerpo que fue aceptando a Soto, Cruz-Diez, Warhol, Mondrian, Otero, Vasarely… Comenzó con un proyecto galerístico de altruismo plural entre sus colegas que se concretó con la original firma al solitario, tan lúdico como el Lego Man de su infancia para cobrar una relevancia en pleno confinamiento. A estas miradas del arte contemporáneo se colaron marcas de nuestra identidad cultural como P.A.N. y Polar, entre otras y la empresa se abrió a un taller al estilo “the Factory” warholiano donde arte y mercado maridan armoniosamente junto a su esposa Vanesa Rondón, quien es su alter ego de vida y obra en la cotidianeidad caraqueña.

Anita Fit

HETERÓNIMO DE DOBLE FRACTURA

¿Es un torbellino, es un huracán, es un tornado?; no es Anita Fit que entra en cualquier espacio exudando energía, pasión y alegría de vivir, caminar, correr, bicicletear y nadar. La doble fractura de tibia y peroné del maratón de New York 2010, no hicieron mella en su camino por hacer. Después del reposo obligado optó por una meta mayor: el Triatlón. Quid pro quo la llevó a fundar un gym junto a dos socias una vez haber obtenido certificados para dar clases con propiedad. El espíritu intranquilo no se detuvo frente al muro de la pandemia: exploró clases por Live en IG y comenzando con sus 40 alumnas llegó a contabilizar 2500 en una clase de una hora. Pero Anita Fit en su inquietud espartana, inventó su heterónimo Electra, a la mejor manera del poeta Pessoa. Una noctámbula de la rescatada bohemia caraqueña que visita madrigueras imponiendo ritmos con sus sensoriales dactilares de traviesa D.J. y vacila ficciones de improviso en la noche vedada. En imágenes, una y otra se miran en los espejos cóncavos del esperpento valleinclanesco. Un torbellino, un huracán, un tornado.

Carolina Vasquez

EN EL AGUA QUE HAS DE NACER…

Los niños no dejan de venir al mundo y en la pandemia nacieron muchos bajo el Aquamater de la doctora Vázquez Hernández. Discípula de la legendaria doctora sueca-venezolana Eva Gundberg, Carolina tuvo que reestructurar sus protocolos biosanitarios para ayudar a dar a luz a las madres en las tranquilas aguas de las artesas de parto con guardias semanales intercaladas e internadas en la sede de su clínica de Chuao. De esta manera siguieron a través de los digitales, el seguimiento de gestación, las charlas, conferencias, los talleres y siguieron viniendo al mundo bebés sanos, lucientes en el cuidado de la lactancia materna, el rastreo posnatal, tan importante como la concepción de los neonatos. En su gestión activa, motivar al personal sanitario es tarea primordial con caricias, masajes, acupunturas para bajar el estrés de una ciudad que en nada ayuda la anormalidad pandémica con la doméstica carencia de transporte público, carestía, hiperinflación, desaparición de la moneda nacional y las alcabalas liminares de la ignominia. Traer un nuevo ser en Caracas es un servicio pastoral de entrega y amor al prójimo para Carolina.

Ignacio Rivas

LA CABRA SIEMPRE TIRA AL (BELLO) MONTE

José María Padial y Eva Guerón fueron los pioneros en la elaboración de quesos artesanales de cabra y vaca “à la franÇaise” hasta el 2018 cuando al cesar la empresa, dicho vacío lo llenaron tres emprendedores para seguir con la pequeña tradición de tan elegante placer gastronómico: Diego Dalmaso, Elías Azpúrua y nuestro magnífico en retrato: Ignacio Rivas, quien en plena pandemia, en el veraniego agosto de lluvias tropicales decidieron salir al mercado con este producto gourmet manufacturado con la paciente artesanía del maestro quesero Robert Hernández. Los quesos de cabra Chèva no se convirtieron en nostalgia porque están al alcance del paladar de los caraqueños de fina estampa. Que Ignacio nos informe que hay una cría de cabras en Petare ya se nos abren las papilas del realismo mágico con un queso que emerge desde las entrañas de Bello Monte, donde, por aquello del monte, saltan las cabras y pacen las vacas, madres de tepuyes, lingotes, pirámides; maduros y frescos fetas, cenizas de San Benito, cedral y neblina. Toda una empresa para la degustación de tapas, untadas o maridajes con nobles vinos de alcurnia. Su éxito está escrito en la entrega vigilante y amorosa de un pequeño sueño que comienza a caminar de pie.

RAMÓN VELÁZQUEZ

DADME UN PUNTO DE CUENTA Y MOVERÉ EL MUNDO

El nombre y el apellido nos lleva sin vacilación a uno de nuestros presidentes de la democracia, periodista, historiador y político Ramón J. Velázquez. Su nieto desde niño, al decir de su hermosa hermana y socia, Ligia, ya era todo un emprendedor… y desde los 29 en un empresario de campos inexplorados y no convencionales que con la pandemia de por medio se canonizaron abriéndose como un delta de la economía media. Para el desbarajuste de la hacienda doméstica, pagar lo más esencial se convirtió en una jaqueca social. Conociendo esa debilidad, Velázquez supo pulsar la demanda del mercado y con los “puntos de venta” encontró el verdadero acetaminofén para el dolor de cabeza de todos los mortales de Caracas y los más de 35 mil puntos que mueven el mundo del pequeño y mediano consumidor. Su aire de galán de Netflix, su barba borbónica y verdes niñas enfocaron un nuevo camino con la empresa “delivery” en tiempos de inmovilidad ciudadana: UbiiGO. Marca que se distingue por su responsabilidad frente a una competencia en ciernes, explosiva y desleal. “Lo quieres, lo tienes”.

Por Javier Vidal

Gracias a todos los que colaboraron con este proyecto tan bonito, en especial a Samuel Hurtado y La Silla por sumarse a experiencias como estas, donde trabajamos de la mano para lograr este resultado. Sin él, nada de esto hubiese sido posible.

Otros Agradecimientos

 

Los dulces y café de @cafemelosa y @m2caracas, estaban delicioso y nos mantuvieron activos durante el día.

@roncarupano siempre presente con el detalle a nuestros 7 caraqueños.

@artmandovs con su arte seguramente está avivando el hogar u oficina de los 7.

 @lorealvenezuelacorp y @carlos_piti dando su toque fantástico para que los 7 estuviesen más fabulosos de lo que ya son.

@uenos.ve con sus tequeños que nunca pueden faltar en una celebración caraqueña.

@mauriciodonelli Gracias por el espacio, no hubiese existido otro mejor.

@digresionista por todo el concepto visual y el diseño para las redes sociales.

@crisedicion por documentar todo esto y tener el recuerdo del detrás de cámaras.