La poesía audaz de Elena Vera

Fue una insigne poetisa, escritora, investigadora, profesora universitaria y crítico literario. Escritora incansable, con un estilo llano y pulcro y no por ello menos profundo en las formas y en el fondo de sus reflexiones que van cargadas de posturas firmes con visiones audaces. Su trabajo ha sido merecedor de varios premios. La poesía audaz de Elena Vera.

Nació en Caracas en el año 1939 y falleció también en Caracas en el año 1997.

Se graduó de licenciada en Letras en la Universidad de Los Andes. También obtuvo un Magister en Literatura Hispanoamericana en el Pedagógico de Caracas, donde también fue Profesora de Literatura y Latín.

Fue una gran defensora y promotora de la literatura venezolana. Se desempeñó como presidenta de la Asociación de Escritores de Venezuela (AEV).

En su larga carrera como escritora fue merecedora de varios premios y reconocimientos entre los que se pueden contar: Premio José Antonio Ramos Sucre (1980), Premio Alfonsina Storni (1983) por su poema «Huésped» (poema incluido en De amantes).

También recibió el Premio de la Academia de la Lengua, mención Ensayo, por Los Fabuladores (sobre novela venezolana contemporánea) y el Premio Municipal de Literatura 1986 en ensayo con Flor y canto: 25 años de poesía venezolana (1958-1983).

La poesía audaz de Elena Vera

Resumen de sus obras publicadas

Poesía

    (1959) El hermano el hombre y el extraño

    (1980) El celacanto (Ganadora del Premio José Antonio Ramos Sucre).

    (1981) Acrimonia (Ganadora del Premio Universidad de Carabobo).

    (1982) De amantes

    (1988) Sombraduras

    (1992) El Auroch

Ensayo

    (1980) Coautora de Cuatro ensayos sobre Ramos Sucre

    (1986) Flor y canto. 25 años de poesía venezolana

    (1996) Inventario del espíritu: el aporte del Instituto Pedagógico de Caracas a la literatura venezolana y otras literaturas.

MÁSCARAS (Elena Vera)

“¿Quién eres tú

detrás de esa máscara cambiante?

Sabiamente barajas las cartas

Bajo los focos

haces despliegues de ases y de reinas

Te desplazas con precisión

sobre los altos coturnos

y tu risa nadie ve

ni presiente

A escalas silenciosas

diriges los asuntos del amor

y del desprecio

Esa máscara antigua

impide ver

a los espectadores

y

a las víctimas”.