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La primera visita del Papa Juan Pablo II a Venezuela

La primera visita del Papa Juan Pablo II a Venezuela

El 26 de enero de 1985, el Papa Juan Pablo II, pisó por primera vez suelo venezolano, y no conforme con ello, lo besó. Esta sería la primera vez que un Papa visitaba Venezuela.

Fue recibido por miembros de la Conferencia Episcopal Venezolana de aquella época, y por el entonces presidente, Jaime Lusinchi, con el cual sostuvo una entrevista más tarde ese día. A su llegada al aeropuerto de Maiquetía, tras escuchar el Himno Nacional, el Pontificio, dirigió sus palabras de saludo: “Me alegra poder encontrarme en persona con los habitantes de esta nación venezolana, que desde el primer momento me reciben con el gran sentido de acogida y hospitalidad que los distingue, Me complace particularmente que las finalidades de mi visita hayan encontrado un eco anticipado en la gran Misión Nacional, con la que tan numerosos agentes eclesiales han buscado no sólo renovar la fe, sino renovar el país por la conversión del corazón”.

Papa Juan Pablo II,

El Papa Juan Pablo II estuvo 3 días en el país, en ese tiempo visitó Caracas, Maracaibo, Mérida y Ciudad Guyana. El 27 de enero celebró una Santa Misa multitudinaria en Montalbán, Caracas, en unos terrenos que, en honor a su visita, recibieron el nombre de “Juan Pablo II”, y en el que unos años más tarde fue edificada una urbanización con el mismo nombre.

La tarde de ese mismo día, viajó a Maracaibo y ofició una Eucaristía en el Aeropuerto Grano de Oro, y durante su homilía señaló las características del catequista, indicando que “fe y conversión están íntimamente unidas”. El 28 de enero, el Papa celebró una Misa en La Hechicera, Mérida, lugar en el cual expresó a los merideños: “Puede decirse con razón que los Andes constituye la reserva espiritual de la Nación”.

Cuando regresó a Caracas, El Papa Juan Pablo II participó en un acto especial realizado en el Estadio Olímpico de la UCV, junto a jóvenes de todo el país, a quienes manifestó: “En mi visita apostólica no podía faltar el encuentro, que tanto he deseado, con la gente joven de un joven país como es Venezuela”. Respondiendo a las inquietudes de los jóvenes sobre sus esperanzas a futuro, les dijo “Ante esta situación difícil alguno podría ceder a la fácil tentación de la huida, de la evasión, frente a todo ello y a pesar de ello, habéis de salvar la esperanza, a la que os alienta vuestra misma condición de personas que se abren a la vida. Esa esperanza que tenéis de superar la situación recibida, de dejar para el futuro un clima religioso, social y humano más digno que el actual”.

Finalmente, el 29 de enero de 1985 visitó Ciudad Guayana, donde celebró una Eucaristía en Alta Vista, durante la cual destacó que “el trabajo es para la familia y no la familia para el trabajo”, y afirmó que “a pesar de la fatiga y del esfuerzo que requiere, el trabajo no deja de ser un bien”.

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La tarde de ese mismo día regresó a Caracas, y esto culminó el que fue su XXVI viaje apostólico y sexto a Latinoamérica, partiendo a las 4:45 p.m. rumbo a Ecuador, volviendo a Venezuela por segunda vez en febrero de 1996. En su despedida, expresó: “Que el recuerdo de unos momentos vividos en el mutuo afecto, sea el clima en el que germinen frutos de fe renovada en cada corazón cristiano. El Papa, al marchar, os reitera la gran consiga de vuestra Misión Nacional: Venezolano, renueva tu fe. Y llévala a tu vida personal, a la familia, al empeño por la justicia, a la solidaridad con el pobre y con quien sufre. Marcho con la esperanza de que así será”.

Papa Juan Pablo II,

Información tomada de: conferenciaepiscopalvenezolana.com

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