Villa Monzeglio: “La Casa Voladora” en Colinas de Bello Monte
Villa Monzeglio, o “La Casa Voladora”, es la edificación asentada en un precipicio de Colinas de Bello Monte. Qué emocionante. Imaginen ser testigo del hechizante panorama de Caracas con solo algunas tablas de madera separándote del abismo.
Fue culminada durante el gobierno de Marcos Pérez Jiménez, en la exuberante década de los 50, cuando Caracas era el terreno predilecto de los arquitectos ambiciosos. Significaba un paraíso donde se podía comenzar a construir con visiones modernas e irreverentes, palabras que bien podían identificar a Caracas.
Una década en la que los profesionales de todas las nacionalidades vieron un futuro más allá de los techos rojos. Los italianos demostraron su genialidad al momento de diseñar edificios que hasta hoy en día nos lanzan hechizos enamoradizos. Algunos fueron Gio Ponti, quien recibiría muchísimos aplausos por su trabajo en la Villa Planchart; Domenicco Filiponne y, por supuesto, nuestro protagonista Antonio “Nigra” Montini.
La Villa Monzeglio fue soñada y diseñada por este último arquitecto, pero no fue un trabajo fácil, pues no cualquier profesional acepta el reto de construir en un precipicio. El encargo de Orestes Monzeglio llevaría ingenio y creatividad. Sin embargo, Montini, supuesto descendiente del papa Paulo VI, no sólo lo llevaría a cabo sino que exaltaría sus formas al máximo exponente, haciendo a la novedosa casa desafiar la gravedad al estilo formalista.
La también conocida como Quinta Olary cuenta con dos partes: una anclada en el terreno, donde se ubicaron las habitaciones y principales servicios; y otra sobre el acantilado con provechosas pretensiones sociales, ya que cuenta con un salón y amplias ventanas para la contemplación del seductor valle de nuestra ciudad, el cual de noche es todo un espectáculo de estrellas titilantes.
Caracas muestra su rostro provocativo con marcadas facciones al estilo italiano, que no mienten acerca de su personalidad multicultural y de su gran potencial arquitectónico. Sin embargo, el descuido y la falta de apreciación pueden convertir a construcciones como la Villa Monzeglio en lujosos recuerdos. A pesar de sus muchas alteraciones y redecoraciones sería una mentira decirles que esta construcción no nos sigue enamorando.
En La Guía de Caracas apostamos por el caraqueño que observa con esa distintiva y curiosa mirada de turista. No hay nada mejor, porque no tienes idea de qué descubrirás. Inténtalo y quién sabe, hasta podrías llegar a ver a una casa que vuela.
Escrito por: Carla García Sánchez.