Diego de Losada: Vida y curiosidades
El hombre destinado a fundar una de las mayores urbes suramericanas nació hacia 1511 en la localidad de Rionegro del Puente, provincia de Zamora (España), y era el segundo hijo de Álvaro Pérez de Losada, señor del lugar. En la plaza principal se encuentra actualmente un busto en su honor donado por un grupo de venezolanos, como consta en la placa del pedestal.
La patrona de aquella localidad zamorana es la Virgen de la Carballeda, advocación mariana que, como veremos, Losada tendrá en cuenta durante su aventura americana.
Diego de Losada viajó a Puerto Rico en 1533, cuando tenía algo más de 20 años, y poco después se trasladó a la actual Venezuela, donde durante las siguientes tres décadas participó en diversas exploraciones a lo largo del territorio nacional. Estuvo entre los fundadores de Barquisimeto en 1552 y fue uno de los primeros alcaldes de dicha ciudad.
Asimismo, en 1553 sofocó la revuelta de esclavos encabezada por el llamado “Negro Miguel”, quien con 180 compañeros se refugió en las selvas cercanas a las minas de San Felipe de Buría (actual estado Yaracuy) y estableció allí una suerte de monarquía con él como rey, su esposa Guiomar como reina y su hijo como príncipe heredero.
A finales de la década de 1560, Diego Losada vivió su momento estelar cuando se le encomendó la conquista definitiva de un turbulento valle del centro-norte del país.
Intentos fallidos
El primer intento de conquistar y poblar el actual valle de Caracas provino de Francisco Fajardo, nacido en la isla de Margarita e hijo de un capitán español y una cacica guaiquerí.
En 1560, Fajardo llegó con 30 hombres al sitio que denominó “Valle de San Francisco” y levantó un hato de ganado con el mismo nombre. Al año siguiente, Juan Rodríguez Suárez, fundador de la ciudad de Mérida (capital del estado venezolano del mismo nombre) intentó refundar el lugar como “Villa de San Francisco”, e incluso llegó a designar autoridades y repartir tierras.
Tales iniciativas, sin embargo, fracasaron estrepitosamente por la resistencia de las diversas tribus que habitaban el valle, indígenas “muy aguerridos, irreductibles, resistentes a la penetración y a la sumisión”, en palabras de Arturo Uslar Pietri.
Otros intentos posteriores encabezados por Luis de Narváez y el entonces gobernador de la provincia de Venezuela, Alonso Bernáldez de Quirós, también terminaron en derrota.
La conquista del valle se convirtió entonces en un asunto de honor para los españoles, por lo que en 1565 Bernáldez designó a Diego de Losada, un capitán experimentado y con una sólida reputación a sus espaldas, para dirigir el intento definitivo.
Al año siguiente, Pedro Ponce de León asumió la gobernación de la provincia de Venezuela con órdenes expresas del rey Felipe II para completar la conquista del valle de Caracas. El nuevo funcionario no solo ratificó el nombramiento de Losada hecho por su predecesor, sino que incorporó a sus tres hijos en el grupo de expedicionarios.
Comienza la aventura
Diego de Losada salió a comienzos de 1567 de la ciudad de El Tocuyo (estado Lara) al frente de una expedición compuesta por 150 españoles, 800 indígenas y numerosas bestias de carga, cerdos y carneros.
Los viajeros pasaron por Barquisimeto y se detuvieron unos días en Villa Rica (hoy Nirgua, estado Yaracuy), donde en medio de fiestas y corridas de toros, Losada escogió a San Sebastián como patrono de la expedición con el fin de que los protegiera de las flechas indígenas.
Losada y los suyos no tardaron en ganar sus primeras victorias contra los caciques del valle de Caracas, entre los que destacaba el líder de los Teques, Guaicaipuro, quien ya había frustrado los anteriores intentos de conquista y se disponía a hacer fracasar esta nueva iniciativa.
Los expedicionarios pasaron la Semana Santa en una localidad que Losada bautizó como “Valle de la Pascua” y que corresponde a la actual parroquia El Valle.
Una nueva ciudad
Finalmente, se efectuó la fundación de la villa de Santiago de León de Caracas, posiblemente en la zona de la moderna Plaza Bolívar. Aunque dicha efeméride suele celebrarse el 25 de julio (día de Santiago el Mayor, patrono de España), lo cierto es que la fecha exacta se desconoce, ya que el acta original está perdida.
Incluso Uslar Pietri afirma: “Otros, con buenas razones, alegan que habiendo llegado a Caracas en el mes de abril, Losada difícilmente iba a esperar hasta julio para hacer la fundación, tanto más que las fundaciones las hacían ellos sin necesidad de que hubiera nada”.
Con respecto al nombre, la explicación más difundida refiere que “Santiago” alude al mencionado patrono de España; “León” es un homenaje a Pedro Ponce de León, gobernador de la provincia; y “Caracas” quizás provenga de una pequeña planta o yerba muy común en el valle.
Tras efectuar la ceremonia de fundación, Diego de Losada señaló el lugar de la futura catedral, repartió tierras y conformó un cabildo que a su vez eligió a los dos primeros alcaldes de la nueva ciudad: Gonzalo de Osorio (sobrino de Losada) y Francisco Infante.
Entre los fundadores de Caracas destacó Alonso Andrea de Ledesma, cuya heroica y solitaria defensa de la ciudad frente al corsario inglés Amyas Preston 28 años más tarde (1595) quizás fue una de las fuentes de inspiración de Miguel de Cervantes para su célebre Don Quijote de La Mancha.
Fundación consolidada
Asimismo, Losada levantó una pequeña ermita de una nave y la consagró a San Sebastián, protector de su expedición. En aquel recinto se celebró la primera misa de la historia de Caracas. Posteriormente fue una iglesia dedicada a San Mauricio y en la actualidad se alza allí la Santa Capilla.
Igualmente, una tradición afirma que la casa de Diego de Losada (la primera de la ciudad) se encontraba en la actual esquina de Maturín, que junto con las esquinas de Altagracia, Traposos y La Bolsa conforman el llamado “Cuadrilátero histórico” en el centro de la ciudad. En el solar de la supuesta vivienda se encuentra hoy un edificio llamado, como no, “Diego de Lozada” (sic).
A comienzos de 1568, Losada descendió al litoral con 60 hombres y fundó la villa de Nuestra Señora de la Carballeda, en honor a la patrona de su pueblo natal. Ese nombre posteriormente derivó en el actual “Caraballeda”.
Ese mismo año, el conquistador derrotó en la llanura de Maracapana (hoy Catia) a un numeroso ejército de caciques bajo el mando supremo de Guaicaipuro. Consciente de que dicho líder era un serio obstáculo para la consolidación de Caracas, Losada juzgó a Guaicaipuro en ausencia, lo sentenció por “rebelión” y ordenó a Francisco Infante, alcalde de la ciudad, que lo matara o capturara.
Infante y sus 80 hombres dieron con la choza de Guaicaipuro e intentaron tomarla. Pero ante la resistencia del cacique, le prendieron fuego. El caudillo indígena murió combatiendo junto a 22 de sus compañeros.
La muerte de Guaicaipuro desmoralizó y desmovilizó a las restantes tribus del valle. 500 indígenas mariches y sus caciques fueron a Caracas a ofrecer su rendición. Pero al correrse el rumor infundado de que su gesto encubría una posible traición, los españoles empalaron a los 26 caciques. Uno de ellos, por cierto, se salvó de la muerte gracias a que uno de sus súbditos se hizo pasar por él.
Declive y final
Tras la derrota de Guaicaipuro, Diego de Losada estaba en la cúspide de su gloria. Pero las diferencias con sus colegas no tardaron en pasarle factura. El gobernador Pedro Ponce de León, haciéndose eco de algunas acusaciones calumniosas hechas contra Losada, despojó al conquistador del mando de Caracas y se lo entregó a su hijo, Francisco Ponce.
Losada acató la decisión, entregó el bastón de mando y abandonó la ciudad junto a varios de sus compañeros de armas. Cuando Ponce de León falleció de disentería en mayo de 1569, el conquistador partió a Santo Domingo e intentó sin éxito que la Real Audiencia le concediera la gobernación de la provincia de Venezuela.
Diego de Losada falleció en Borburata (estado Carabobo) en fecha desconocida, aunque se cree que pudo ser en los días finales de 1569. Una tradición sin base histórica sostiene que sus restos descansan en la iglesia de San Miguel Arcángel del pueblo larense de Cubiro.