Historias con calle: Chacao
El área metropolitana de Caracas tiene una municipalidad que lleva el nombre de uno de las nativos más recordados y admirados por la historia de Venezuela: el cacique Chacao. Este fue uno de los emblemas más importantes para las tribus que vivían en la Caracas de mediados del siglo XVI. Su fuerza, pero también sus virtudes, lo llevaron a extender su legado, inclusive, hasta nuestros días.
“El Hércules Americano”, así era denominado el cacique Chacao por su imponente estatura, sumada a su gran musculatura. Este, de raza Caribe, gobernaba la región caraqueña que lleva hoy su nombre. Este nombre tan particular es una derivación de Chacau, que significa arena. Por otro lado, los Tamanacos decían Ciaccau y los Caribes Saccao.
Hay diversas historias de heroísmo que rodean a este indio conocido por sus diversas virtudes. Los conquistadores españoles le temían y respetaban por su condición de valiente, generoso e implacable al momento de planificar y ejecutar sus operaciones a niveles de estrategia tipo comando. Una de estas historias data de los años cercanos a la fundación de Caracas, 1567: el Indio Chacao se enfrenta a un oficial del conquistador Diego de Losada, Juan de Gámez, y este lo envía a prisión. Diego de Losada, decide dialogar con Chacao y este recobra su libertad. No le duraría demasiado, pues los españoles le tenderían una trampa para sacarlo del camino.
Diego de Losada, antes de fundar a Caracas, puso la responsabilidad al capitán Catado para someter al Cacique Chacao, con una muy sencilla estrategia: darle cacería. El capitán Catado pasó largos días de espera, quieto en la boscosidad de la zona esperando la aparición del cacique. Al no encontrarlo, decide marcharse con su tropa, pero justo en ese momento escuchó unas voces que venían en la misma dirección en la que se encontraba el Río Guaire. Al acercarse pudo ver que eran dos pequeños indios que estaban a la orilla del río. el conquistador pensó que los niños pertenecían a la tribu del cacique Chacao, y pensó entonces: si los atrapo él se dará cuenta de su ausencia y saldrá en su búsqueda. Así podré atraparle.
Conocido por su vocación de ayudar a los débiles, especialmente niños y mujeres, el cacique Chacao se entera que el Capitán Catado había secuestrado a dos pequeños indios y los tenía esclavizados. Juró, entonces, rescatarlos, y devolverlos sanos y salvos a su familia. El temible Chacao surgió en la quietud de la noche encolerizado. Una figura atlética, robusta y llena de ímpetu procedió a atacar el campamento español con macana en mano. El capitán Catado se encontraba en el sitio. Chacao, después de una profunda batalla logra rescatar a los niños prisioneros, pero el «Hércules Americano» fue herido de muerte, dejando caer su cuerpo sobre la tierra que años después sería el asiento de la pequeña aldea. Quedó así la sangre de este valiente Cacique como el más noble testimonio de su inmortal y generosa hazaña.
El legado de valentía y generosidad le valieron no solamente una reputación dentro de las filas indígenas, sino también en todo el epicentro de la colonización. Este indio, que peleó hasta el final por sus propias convicciones, nos demuestra el valor que tiene nuestro impulso cuando decidimos las cosas que son correctas. Su historia no tiene límites con respecto a su alcance, porque, inclusive casi 500 años después, su nombre sigue en boca de todos quienes queremos recordar los tesoros históricos de nuestra ciudad.