Las Crónicas de Rafael Greco: Dile
Economista (1987). Blogger desde el 2000. Beer enthusiast. Music lover.
En sus ya acostumbradas «crónicas» que Rafael Greco publica en su cuenta de Facebook, nos narra la historia del tema «Dile» del álbum «Dejando Huella» de Guaco:
No cuento con datos precisos, ni recuerdos discutibles, solo diapositivas que a trasluz forman un amasijo entre una imagen turbia y la realidad desamparada, polvorienta.
El cassette de Trini llegó a nuestras manos en 1988. Amigos y colegas participaron en el jolgorio; la realización de aquellas maquetas era formidable.
Hubo una canción que llevamos al tope de las favoritas en el Santa Fe Suite Garden, su título no llegó a las costas de mi mente entre los restos del naufragio.
La insistencia competía con la negativa del compositor:—Gorbachov, agarrá cualquiera, pero esa no te la puedo dar.
—Recién entraba yo a la banda, todo era nuevo; lo que salía de la cinta emocionaba.
—Aló, mijo, dame la canción—el inútil esténcil de la llamada solo grababa más alquitrán en el tubo.
—Es que, Gorbachov, no puedo. Esa no.
Hacé “Dile”, esa se la compuse a mamá cuando murió.
—Tarde se resuelve la entrada de “Dile” a Dejando Huella, admirada y bien recibida.
Trini Rondón venía del rock; un músico único, sus canciones no eran predecibles, aunque del dialecto y de la impronta regional, nadie se salva.
Teníamos un solo cable midi, la Atari con el KCS (Keyboard Controlled Sequencer) de Dr. T’s y un teclado. No olvidaré jamás la noche que trabajamos en el arreglo de Juan Carlos Salas; tenía que estar lista la canción para ser grabada en la mañana. Conectábamos el cable del out del teclado al in de la Atari: programábamos; luego, a desconectar para reconectar del out de la Atari al in del teclado: escuchábamos.
—No quedó bien.
Repetimos esa danza mil, tres mil veces hasta que prorrumpió el amanecer en veredicto sensorial, quizá el pan tostado del vecino o la empanada del microondas.
Bajamos hasta la autopista para aprovechar el envión de Juan Carlos Socorro, el ingeniero de grabación; ojos adormilados, cabeceando en la cola caraqueña, perdidos en una conversación rutinaria ametrallada por un chismógrafo radial matutino.
Llegar a Estudios Telearte, hacer nados en café recalentado mientras se prepara la sesión con el productor Willie Croes.
Ver tambiénPaúl, el asistente, pone la cinta en la máquina, se levantan los faders, ubicamos nuestros aparatos y a grabar.
La percusión estuvo en las manos de José Lorenzo Jansen “Pachín”, Argenis “Archie” Peña, Fernando Valladares, Yonis Flores y Alexis Moreno.
Los vientos, Juan Carlos Salas, Junior Romero, Norman Cepeda, Frank Velásquez y yo.
Pimpi Santistevan, Ana Valencia, Gustavo Aguado, Nelson Arrieta y Carlos Puchi cantaron los coros.
“Dile” fue una de las canciones que más disfrutábamos en los conciertos del fin de aquella década en la que resplandecía Maracaibo y todo el país, sin ofrecernos la menor sospecha del protagonismo noticioso que pronto nos sorprendería.
Gracias, Trini.
“Dile que la esperanza está sujeta a la calma y que en ningún momento la he dejado de amar”.
Texto: Rafael Greco T. – @inseptosinectos