Cruz Salmerón Acosta el famoso poeta del martirio

Escritor y poeta venezolano. Cruz Salmerón Acosta el famoso poeta del martirio, también recibía otro apodo que era el del “Solitario de la cima de Manicuare”. Su tendencia está inscrita en la tendencia del modernismo. Formó parte de la “Generación del 18”.

Su primer poema en soneto lo escribe en el año 1911, lo llama “Cielo y Mar” era dedicado a su amigo José Antonio Ramos Sucre, también poeta.

Se convierte en colaborador consecuente en varios medios como El Universal, Satiricón, Claros de Alba, Élite, Broche de Oro, Renacimiento, El Nuevo Diario y La U.

En el año 1913 el poeta Cruz Salmerón Acosta es diagnosticado con lepra. Los médicos le aconsejan regresar a Manicuare ya que podría sufrir un aislamiento sanitario. Sin embargo, Salmerón continúa sus estudios en la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Sin embargo, al poco tiempo la universidad es cerrada por el gobierno de Juan Vicente Gómez, y finalmente se regresa a Manicuare.

Cruz Salmerón Acosta el famoso poeta del martirio

Existe una leyenda urbana que relata como en el mes de julio del año 1929 Manicuare sufría una larga e intensa sequía. Pero el 30 de julio al fallecer el poeta Cruz Salmerón Acosta, volvió a llover.

Este acontecimiento es parte del acervo cultural registrado en varias piezas musicales como por ejemplo, “La Canción Cumanesa” del cantautor Alí Primera.

Su primer poema, al ser el inicio de una carrera en la poesía, es digno de ser registrado en esta nota:

Cielo y Mar

          “Al extinguirse el último celaje,

Copio en mi alma el alma del paisaje

Azul de ensueño y verde de añoranza.

          Y pienso con oscuro pesimismo,

Que mi ilusión está sobre un abismo

Y cerca de otro abismo mi esperanza”.

Sin duda el poeta Cruz Salmerón Acosta vivió una vida muy atribulada, entre otras cosas por haber sido apresado sino por su enfermedad. Es importante registrar acá el poema más celebrado.

Su pieza más reconocida es por mucho el soneto “Azul”

AZUL

          “Azul de aquella cumbre tan lejana

Hacia la cual mi pensamiento vuela

Bajo la paz azul de la mañana,

¡Color que tantas cosas me revela!

          Azul que del azul del cielo emana,

Y azul de este gran mar que me consuela,

Mientras diviso en él la ilusión vana

De la visión del ala de una vela.

          Azul de los paisajes abrileños,

Triste azul de los líricos ensueños,

Que me calman los íntimos hastíos.

          Sólo me angustias cuando sufro antojos

De besar el azul de aquellos ojos

Que nunca más contemplarán los mío”.