1957: Cuando la música desafió a Pérez Jiménez
Una de los sucesos más significativos y menos conocidos de la historia democrática venezolana ocurrió hace algo más de sesenta años en la Concha Acústica de Bello Monte.
Conocida también como “Anfiteatro José Ángel Lamas” en homenaje a un importante músico colonial venezolano, esta edificación con capacidad para ocho mil espectadores se construyó en apenas 45 días y el concierto inaugural tuvo lugar el 19 de marzo de 1954.
Su arquitecto fue el argentino residenciado en Venezuela Julio César Volante, entre cuyas obras también destaca la sede de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) en Montalbán.
La construcción de la Concha Acústica se debió al empeño del musicólogo, empresario y promotor inmobiliario Inocente Palacios, quien buscaba con este proyecto otorgarle una sede a la Orquesta Sinfónica de Venezuela (lo sería hasta 1983, cuando la orquesta se mudó al Teatro Teresa Carreño) y celebrar eventos culturales de alcance internacional.
De hecho, en este recinto se celebraron tres festivales latinoamericanos de música, con participación de importantes compositores nacionales e internacionales. El primero se efectuó en noviembre y diciembre de 1954 y el último tuvo lugar en 1966.
En la segunda edición del festival latinoamericano de música, celebrada entre el 19 de marzo y el 6 de abril de 1957, participó como invitado internacional de lujo el que quizás sea el mayor compositor estadounidense del siglo XX: Aaron Copland (1900-1990).
En su extensa obra musical, Copland mezcló influencias vanguardistas con evocaciones líricas de los paisajes y la historia estadounidense. También compuso música para cine y ganó un Óscar por la banda sonora de la película “La heredera” (1949). Sus ideas izquierdistas le causaron problemas con el Comité de Actividades Antiamericanas de Joseph McCarthy en los años 40 y 50.
Aaron Copland abrió el primero de los nueve conciertos del festival la noche del 19 de marzo de 1957 con su “Fanfarria para el hombre corriente”, famosa gracias a su uso en diversas películas y por parte de varias bandas de rock.
Para el quinto concierto, efectuado el 28 de marzo, Copland dirigió personalmente la interpretación de otra de sus obras emblemáticas: “Retrato de Lincoln”, compuesta en 1942.
Se trata de una pieza orquestal de algo menos de un cuarto de hora de duración y en la que interviene un narrador que recita fragmentos de cinco discursos y debates de Abraham Lincoln, decimosexto presidente de Estados Unidos y una de las figuras más reverenciadas de dicha nación gracias a su triunfo sobre el sur en la Guerra de Secesión y la abolición de la esclavitud.
Entre los muchos narradores ilustres que han prestado su voz a la obra de Copland destacan personalidades de la talla de Neil Armstrong, Bill Clinton, Al Gore, Barack Obama, Margaret Thatcher, Tom Hanks, Alec Baldwin, Gregory Peck y Samuel L. Jackson.
En la siguiente versión de “Retrato de Lincoln” interviene el actor James Earl Jones, famoso por ser la voz de Darth Vader en las películas originales de la saga de “La Guerra de las Galaxias”.
La encargada de ponerle voz a las palabras de Abraham Lincoln en el concierto caraqueño de 1957 fue la actriz de origen argentino Juana Sujo (1918-1961), gran renovadora del teatro venezolano. Una importante escuela de artes escénicas ubicada en Quinta Crespo lleva su nombre.
Sujo era también una activa opositora al dictador Marcos Pérez Jiménez, quien regía el país con mano dura en solitario desde 1952. Aquella noche, aprovechando la sorpresiva presencia del general-presidente en el concierto, le expresaría su rechazo sin ningún asomo de duda a través de la música.
El último de los cinco fragmentos recitados en el “Retrato de Lincoln” corresponde al célebre “Discurso de Gettysburg”, pronunciado el 19 de noviembre de 1863 y en la que el ex mandatario estadounidense acuñó una de las definiciones más difundidas de la democracia: “El gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”.
Pues bien, cuando llegó el momento de pronunciar estas últimas palabras, Juana Sujo lo hizo con tal emoción que los aplausos y gritos del público fueron estruendosos. Incluso el propio Aaron Copland no podía escuchar su propia música.
De este evento, que mereció una reseña en las páginas del “New York Times”, existe una grabación disponible en YouTube, donde por cierto se indica erróneamente que tuvo lugar en 1954.
Se suele considerar a este concierto como la primera gran protesta pública contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, que terminaría cayendo menos de diez meses después, el 23 de enero de 1958.
Actualmente, la Concha Acústica de Bello Monte sirve de sede a la Orquesta Sinfónica Municipal de Baruta y en sus espacios se efectúan conciertos, representaciones teatrales y otras actividades de esparcimiento.