Animales prehistóricos que vivieron en Venezuela
Pocas cosas fascinan más de los tiempos prehistóricos que los grandes animales que poblaron la tierra hace miles o millones de años. Sus restos fósiles se han descubierto en todo el mundo, y Venezuela no es la excepción.
En los próximos párrafos viajaremos un rato fuera de Caracas y nos adentraremos en la geografía venezolana para conocer algunas de las 400 criaturas antediluvianas conocidas que alguna vez la habitaron.
Dinosaurios tachirenses
Hasta la fecha se han descubierto dos especies de dinosaurios en Venezuela, se trata de ejemplares alejados de las dimensiones colosales comúnmente asociadas a estos reptiles extinguidos hace 65 millones de años.
Los restos del primer dinosaurio venezolano se hallaron a finales de la década de 1980 en la Formación La Quinta, cercana a La Grita, estado Táchira, por lo que en 2014 se lo bautizó como “Laquintasaura venezuelae”. Vivió hace 200 millones de años, medía un metro de largo y medio de alto y era herbívoro, aunque quizás se alimentara también de insectos y animales pequeños.
De La Quinta procede también el segundo dinosaurio criollo descubierto hasta la fecha: el Tachiraptor admirabilis, un depredador que vivió al mismo tiempo que el Laquintasaura y medía dos metros de largo. El nombre “admirabilis” alude a la Campaña Admirable, la célebre acción militar emprendida por Simón Bolívar en 1813 y que culminó con su proclamación como Libertador en Caracas.
Cocodrilos y tortugas colosales
La Formación Urumaco, al norte del estado Falcón, es uno de los yacimientos fósiles más importantes de Venezuela y Latinoamérica por la gran cantidad de especímenes prehistóricos desenterrados allí desde 1952.
Uno de los hallazgos más importantes se produjo el 18 de junio de 1972, cuando una expedición descubrió los restos de una de las tortugas más grandes de todos los tiempos. Vivió hace ocho millones de años, pesaba más de una tonelada y su caparazón alcanzaba los tres metros de largo y los dos de ancho.
Se la bautizó como “Stupendemys geographicus”. El nombre se traduce como “estupenda” y “geographicus” es un homenaje a la National Geographic Society, el organismo que patrocinó el hallazgo.
En Urumaco se encontró también el fósil de uno de los mayores caimanes de la historia: el Purussaurus Mirandai, que vivió hace ocho millones de años y se estima que alcanzaba las dimensiones de un autobús: once metros de largo.
Mastodontes
Parecían elefantes y mamuts, pero no eran ni lo uno ni lo otro, aunque estaban emparentados. Los mastodontes vivieron en buena parte del continente americano hace unos 14 mil años y medían algo más de dos metros y medio de altura. Su nombre alude a las puntas redondeadas de sus molares, similares a los senos femeninos.
El primer hallazgo documentado de fósiles de mastodonte en Venezuela tuvo lugar a finales del siglo XVIII en Cumanacoa, estado Sucre, y lo reseñó el mismísimo Alexander von Humboldt. Desde entonces se han desenterrado restos de estos animales en entidades como Falcón, Mérida, Cojedes y Lara.
Roedor monstruoso
El chigüire es el roedor más grande del mundo, pues mide 130 centímetros de largo, medio metro de alto y pesa 50 kilos. Sin embargo, en tiempos prehistóricos hubiera lucido pequeño al lado de sus colosales ancestros.
En 2000 se descubrieron en Urumaco, estado Falcón, los fósiles de un roedor bautizado como “Phoberomys pattersoni” que vivió hace ocho millones de años. Medía tres metros de largo, poco más de uno de alto y pesaba 700 kilogramos.
El Phoberomys fue considerado el mayor roedor de la historia durante algunos años, pero perdió el trono tras el descubrimiento en Uruguay del Josephoartigasia monesi, cuyas dimensiones alcanzaban el metro y medio de alto, los dos de largo y una tonelada de peso. ¡El tamaño de un búfalo!
Una pereza que no vivía en los árboles
El Megaterio fue un antepasado de la pereza moderna que vivió en Suramérica hasta hace unos ocho mil años. Pero a diferencia de sus descendientes modernos, le era imposible vivir en los árboles a causa de su gran tamaño, cercano al del elefante africano: seis metros de largo y tres toneladas de peso.
El primer esqueleto de un mamífero prehistórico montado y exhibido en Venezuela correspondió a un Megaterio desenterrado en 1915 en el municipio Jiménez del estado Lara.
La osamenta causó sensación cuando se mostró en la Feria Exposición Larense celebrada en Barquisimeto en diciembre de 1940. Hoy puede contemplarse en el Museo de Ciencias Naturales La Salle de la capital de Lara.
Tigre Dientes de…¿Sable?
Cualquier panorama de animales prehistóricos estaría incompleto sin el célebre Tigre Dientes de Sable, el depredador por excelencia de aquellos tiempos remotos. Y Venezuela tiene su especie autóctona…o casi.
El Homotherium venezuelensis vivió hace 1,8 millones de años. Sus fósiles se descubrieron en 2007 en el Breal de Orocual, el mayor pozo de asfalto del planeta, ubicado en el estado Monagas.
Se trata del primer felino de este tipo hallado en Suramérica. Pero sus colmillos no eran tan largos como el Dientes de Sable, por lo que se lo considera más bien como un “Tigre Dientes de Cimitarra”, en alusión a cierto tipo de sable curvo utilizado en Oriente Medio.
Un acorazado natural
El cuspón o cachicamo gigante mide metro y medio de largo y 60 kilos de peso y es el armadillo más grande del mundo. Su imagen es familiar a los venezolanos gracias a su inclusión en el reverso de algunos billetes.
Pero el gliptodonte era todavía más grande. Y mucho más pesado. Este tanque antediluviano del tamaño de un automóvil vivió hasta hace 10 mil años y sus restos se han descubierto en el norte de Venezuela.
Podía alcanzar los cuatro metros de largo y pesar dos toneladas. Asimismo, su caparazón llegaba hasta los cinco centímetros de espesor.
Pequeño gran vampiro
El vampiro común, quizás el chupasangre más famoso del mundo, puede medir nueve centímetros de largo, alcanza una envergadura de 35 centímetros con las alas extendidas y pesa 40 gramos. Sin embargo, una especie prehistórica venezolana era 30% más grande.
A finales de los 80 se descubrieron en la célebre Cueva del Guácharo los restos de un vampiro extinto hace 10 mil años y que quizás alcanzaba una envergadura de 50 centímetros y pesaba 60 gramos. No por nada se lo bautizó como “Desmodus draculae”.