Autocines en Caracas: ¡Deberían volver!
Los autocines fueron uno de los mejores planes de la ciudad en décadas pasadas, una movida que sin duda alguna podríamos volver a revivir.
A pesar de que la imagen o sonido no eran de una excelente calidad, era la atmósfera y todo lo que involucraba esta actividad lo que la hacía algo alucinante.
Ir con amigos, familia y con frecuencia en pareja era la mejor cita del momento. Se podía ir en pijamas si querías, estabas en tu carro, el menú era variado, podías comer y beber todo lo que llevaras.
Las anécdotas de mis tíos, era que se escapaban o escabullían para poder ver las películas de categorías no aptas para menores de edad. Hasta en maleteros se metieron para entrar.
El séptimo arte siempre ha encantado a los caraqueños, por alguna razón Caracas tuvo el primer autocine de Sudamérica.
Así como lo lees, nuestra ciudad fue pionera en ver películas en la comodidad de los carros, en 1949 se estrenó el primer autocine de la capital, ubicado en la urbanización Los Chaguaramos.
Este autocine tenía una fuente de soda en la planta baja del edificio, El Cristal Room, el plan perfecto para terminar una cita nocturna después de un film.
Los décadas de los 60, 70 y 80 fueron las de mayor auge para esta industria, ya que existían muchísimas opciones en diferentes zonas de la ciudad.
Entre estos autocines estaban Cineauto del Este, Autocine Andrés Bello, Cinecar de la California, autoteatro Paraíso, Maripérez, Cinemóvil Tamanaco, Los Ruices, La Boyera, Montalbán 1 y 2, en la Cota 905 y el último que resistió hasta 1997, el Cinemóvil El Cafetal.
Estaban ubicados en grandes terrenos o estacionamientos que tenían capacidad hasta para 250 automóviles, solo existían 3 funciones al día. Era el primer plan de la noche, para seguir disfrutando la movida nocturna que te ofrecía la capital.
La llegada del Betamax y VHS, dio un giro grande a ver películas en el hogar, era mucho más cómodo y seguro para la época.
La inseguridad hizo que los cines se ubicaran mejor en centros comerciales; además, no era rentable tener grandes terrenos solo para funciones en la noche. Con una ciudad en pleno crecimiento y desarrollo, se necesitaban construir más edificios en este valle.
Pero, ¿sabías que en uno de estos espacios también se llevaban a cabo conciertos? El último de ellos fue el de la legendaria banda Soda Stereo.
Puede que el renacimiento de estos espacios sea una alternativa creativa para lidiar con este confinamiento. ¿A quién no le gustaría ir a uno de estos autocines? Esta generación se merece revivir los recuerdos de nuestros padres.
¿Cuál es tu reacción?