Las Love Marks del Venezolano
Los venezolanos tenemos un espacio exclusivo para las Love Marks que a través de generaciones han terminado involucradas de una manera muy personal, cotidiana e icónica en la gran mayoría de nosotros. Me refiero a aquellas ligadas a las calles que transitamos en la ciudad de Caracas, al cacao venezolano, a la voz del Tío Simón, al mejor comercial de todos los tiempos y a la que nunca falta cuando brindamos con los panas y compartimos en familia: Las Love Marks venezolanas.
Primero que cualquier otra love mark, hay que hablar de aquella que nació en El Valle, pero envejeció en Boleíta: Savoy. Es uno de los sabores más memorables que han surgido en nuestra ciudad de Caracas. En realidad, la predilecta. Savoy son los chocolates que uno se comía en las meriendas, los Torontos que se regalan los enamorados, los regalos de cumpleaños complementados con alguna Cocosette, Susy, Samba, Cricri o Choconut. Savoy va siempre acompañado de un beso y un abrazo. Y aunque la valla que se encontraba en los Chaguaramos haya sido desmontada, no dejará de ser un símbolo del paisaje urbano caraqueño ubicado en el corazón de cualquier venezolano que se sentía bienvenido en la capital con sólo verla.
La Polar es nuestro pan de cada día, literalmente. Nació casi a la par de Savoy, en una pequeña planta de Antímano, al oeste de Caracas. Su crecimiento se vio en varios estados y se convirtió en una de las productoras de alimentos más grande del país. Son las buenísimas arepas y cachapas que podemos poner en la mesa, el Toddy calentito, la Maltín Polar de los chamos, los refrescos y las cervecitas Polar bien frías de las reuniones con los panas… Y particularmente, pertenezco a la generación que se llevaba un YukyPack todos los días al colegio.
Todos conocemos a Bimbo, no solo porque alguna vez nos hemos comido un sánduche de pan blanco con jamón y queso, sino, también, porque es el secreto de las misses venezolanas. Bueno, al menos, fue la love mark de la Organización Miss Venezuela durante varios años consecutivos. ¿Recuerdan? El Bimbo Diet era el pan oficial que acompañaba la actitud y figura de las Misses. Y fue el pan cuadrado favorito de los venezolanos durante muchísimos años.
Otros países tienen Starbucks, nosotros tenemos Nescafé, ese cafecito calentito y sabrosito de la máquina. El café que compramos en la panadería, gasolinería y en la tiendita de comida. La love mark fiel compañera de las empanadas en las mañanitas. Además, también fue un punto de referencia y símbolo de Caracas cuando la enorme taza roja de Nescafé estuvo ubicada en la Torre Phelps (la Torre Nescafé) en Plaza Venezuela, la publicidad exterior más grande que ha tenido la ciudad.
Es verdad que hay diversas marcas de leche que han pasado por la mesa del venezolano. Pero si cierras los ojos y escuchas con atención, con La Campesina puedes escuchar la voz de Simón Díaz con la melodía de «Campesina, Campesina». ¡Justo en la nostalgia! Y aunque en la actualidad tanto la Leche La Campesina como el Tío Simón son un recuerdo, no podemos negar que es una love mark que crea cierta añoranza.
Y para finalizar con peso de oro puro, traemos nada más y nada menos que la love mark número uno de cada uno de los venezolanos. Se tiene entendido que hasta ganó un record por ser el mejor comercial más duradero de nuestros país, lanzado por primera vez al público en 1967. Conocido por tres generaciones, un clásico sin discusión alguna, la joyita de la publicidad venezolana: El Limpiador de Pocetas MAS. «Que desmancha más, que desinfecta más, que limpia más… ¡Y no daña!». Sé que se saben la letra completita, porque aún no conozco a un solo venezolano que no lo haga.
No podemos negar que éstas son las love marks con las que nos identificamos, y que están integradas en nuestra alma venezolana.