Caracas y Carlos Gardel: Memorias de un encuentro
En aquellos tiempos cuando Caracas aún conservaba un poco de aquella ciudad de los techos rojos; cuando la vida era tranquila y los trenes aún recorrían los valles, hubo un evento que despertó a toda la ciudad: la llegada de uno de los cantantes más eminente del tango, Carlos Gardel. Esta es una breve anécdota del día que Caracas y Carlos Gardel se encontraron.
Hoy por hoy es normal que un artista de talla internacional cause conmoción en cualquier ciudad. Pero hace 80 años Caracas aún llevaba un estilo de vida tranquilo y calmado, así mismo, no era foco de interés entre los grandes artistas. Por lo cual la visita de Carlos Gardel significó un suceso único en la sociedad Caraqueña.
Llegó a la Guaira el 25 de Abril del año 1935 en la motonave «Lara», donde fue ampliamente recibido por una multitud de más de 3.000 personas, algo nunca antes visto (hoy comparable con la llegada de artistas internacionales al país). Continuó su camino en Limusina hasta el hotel Miramar, en Macuto. Luego de un almuerzo y una que otra parada tomó el ferrocarril hasta Caracas.
La tarde era calurosa cuando el tren a vapor arribó a la estación de Caño Amarillo, ubicada al oeste de la ciudad. Tal como en la Guaira, una multitud eufórica se encontraba a la espera del cantante argentino. Con su traje impecable y su sombrero de ala ancha, se asomó y saludo a aquella multitud con su inolvidable sonrisa.
El primer encuentro de Caracas y Carlos Gardel fue en aquella estación de trenes, donde fue recibido con vals y zarzuelas típicas, así como por damas y caballeros que se amontonaban alrededor de «Carlitos»para tocarle (además, de darle algún que otro pellizco las jóvenes) y acompañarlo. La magnitud de la gente y su impaciencia por estar cerca de él fue tal que tuvieron que escoltarlo hasta el automóvil.
Hoy en aquel lugar donde Caracas y Carlos Gardel se encontraron por primera vez, yace una estatua del cantante y dos guitarristas, realizada por la artista Marisol Escobar.
Cuadras antes de llegar al sitio donde Gardel se hospedaría, el famoso y lujoso hotel Majestic (hoy desaparecido), el automóvil donde viajaba se averió. Por lo cual fue acompañado a pie por la multitud, que en más de una ocasión lo llevó a hombros por las calles de Caracas, hasta puertas del hotel.
Carlos Gardel se presentó en doce ocasiones. Su concierto inaugural tuvo lugar al día siguiente de su llegada a Caracas, en el Teatro Principal, que aún podemos visitar en la esquina homónima. Aquella noche llovió torrencialmente, pero eso no detuvo al público capitalino. En su última presentación en aquel recinto Carlos pidió a la administración del teatro que bajara el costo de los boletos a 0,5 bolívares para que la población de escasos recursos pudiera asistir a verle, al menos una vez.
Todas sus presentaciones en el teatro principal tuvieron boletería totalmente agotada.
Tuvo algunas presentaciones más en el Teatro Rialto, a escasos metros del Principal. Su última función fue el 14 de mayo en aquel recinto, cuando el cantante interpretó su última canción, el público estaba desbordado. Aquel día sería la última vez que Carlos Gardel cantaría al público Caraqueño. Al día siguiente, estuvo en la emisora de radio Broadcasting Caracas, donde interpretó algunas piezas.
Finalmente el 16 de mayo se marchó de la capital. Caracas y Gardel no se volverían a encontrar en el escenario. Mantuvo varias presentaciones en distintas ciudades del país, donde llegó a cantarle al general Juan Vicente Gómez.
Meses después, una noticia estremecería a toda Latinoamérica; Carlos Gardel había muerto en un accidente en Colombia el 24 de junio de 1935, semanas después de su presentación en Venezuela.
En Caracas, aún seguimos recordando su visita, su sonrisa, su música. En Caño Amarillo, a pocas cuadras de la Plaza Bolívar, aún se encuentra la estación de ferrocarril que lo recibió, a un costado bautizaron una calle con su nombre, donde en la cercanía está el homenaje póstumo hecho por Marisol Escobar. Así mismo, el bar la estación ( popularmente conocido como el Gardeliano) es fiel testigo de aquel inolvidable día que marcó un antecedente en nuestra ciudad.
Caracas y Carlos Gardel aún se siguen encontrando, a través de la memoria de los caraqueños.
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