Filippo Saglimbeni: El primer perrocalentero de Caracas
Un perro caliente puede ser muchas cosas, desde ese brochecito de oro que todos necesitan al terminar una dura jornada de trabajo o estudio, o simplemente es el mejor plan B de un almuerzo; lo cierto es que aunque parezca no tener gran ciencia esta particular pieza de la comida informal forma parte del día a día del caraqueño y ocupa un gran lugar en su corazón.
¿Pero cómo llegó el perro caliente a Caracas?
Como podrás saber, el perro caliente es un plato popular nacido en la cultura americana, pero su presencia en Caracas data de 1952 con la llegada de un inmigrante italiano que huía de la Segunda Guerra Mundial
Durante el siglo pasado, Caracas fue el refugio de inmigrantes que escapaban de situaciones de guerra o crisis económicas en el continente europeo, y así, parte del presente y de la cultura que vivimos tuvo una cargada influencia del extranjero construyendo una capital dinámica y a la vanguardia para su época.
Filippo Saglimbeni abrió el primer puesto de perros calientes en 1952 en la Plaza Francia de Altamira, sin pensar que iba a convertirse en el perrocalentero más famoso de Caracas.
En ese tiempo, esta no era una comida apetecida por los caraqueños así que el escenario inicial no fue muy alentador para Saglimbeni, quien con su carrito en esta popular plaza de la clase alta caraqueña se las ingenió para comenzar a vender su nueva comida que era un tanto misteriosa para los venezolanos.
En un principio, el gancho de Saglimbeni fue vender los perros calientes para que las personas comieran los panes y diesen las salchichas a sus mascotas, que solían pasear por la Plaza Altamira. Pero, poco a poco la receta de Filippo se ganó el corazón y el estómago de los caraqueños para perpetuarse hasta medio siglo después.
Filippo Saglimbeni falleció el 18 de abril de 2014 tras convertirse en un personaje ícono de Caracas.