Relato del gigante subterráneo de Caracas

El metro de Caracas, una idea innovadora que cambió la vida de los caraqueños y se ha inmiscuido en gran parte de las experiencias de nuestra cotidianidad.

Si eres caraqueño, probablemente notas la esencia especial que tanto nos distingue del resto del mundo. No solo consiste en esa buena vibra y gozadera que nos hace disfrutar de los fines de semana como nadie, sino que además, somos trabajadores, emprendedores y podemos permanecer activos durante todo el día y toda la semana, contagiando a los demás de energías y risas.

Parte de nuestra naturaleza se basa en el constante movimiento, pues inevitablemente nos la pasamos corriendo de un lugar a otro, sea por diligencias laborales o por compromisos al estilo caribeño que casi siempre involucran a otros paisanos y a bebidas fermentadas.

En este punto seguro te sientes identificado, sin embargo, este artículo no será un viaje por las virtudes de los caraqueños, sino por la historia de un elemento que lo ha acompañado desde hace más de treinta años. En todo ese tiempo, el metro de Caracas se ha inmiscuido en la mayor parte de las experiencias de nuestra cotidianidad, facilitando nuestro traslado de un lugar a otro y salvándonos de vez en cuando.

Fue una idea innovadora que cambió por completo la vida de los ciudadanos, dando un paso a la actualidad y convirtiendo a Caracas en una de la ciudades más modernas del mundo.

Su construcción fue una odisea

Todo comenzó cuando el último tranvía eléctrico de Caracas dejó de circular en 1947. Para entonces, la ciudad era la capital de un país petrolero, así que el crecimiento urbanístico no hizo más que aumentar en los años siguientes. Al mismo tiempo, las calles se llenaban de automóviles, de edificios y de gente. Fue entonces cuando un grupo de ingenieros tuvo la idea de llevar a cabo un gran proyecto.

A partir de 1965, se empieza a estudiar la posibilidad de construir un medio de transporte subterráneo. De esta forma, se daría el paso de modernizar la ciudad y consentir a sus agitados habitantes al ritmo de Nueva York y París.

Sin embargo, no sería fácil. Una odisea bien podría ser la palabra para describir la construcción del metro de Caracas. Para lograr este proyecto iba a ser necesario desmantelar casi toda la ciudad, despejar muchas rutas; muchos edificios de gran importancia y actividad deberían derrumbarse; y numerosas calles y aceras serían demolidas; hasta los servicios públicos tendrían que ser reinstalados. ¿Se imaginan? Sin embargo, todas estas acciones se llevaron a cabo sin meditar mucho, ya que todo estaba a favor del desarrollo metropolitano por el que tanto apostábamos.

La primera fase de preconstrucción fue en el año de 1977, cuando se creó la compañía anónima del Metro de Caracas y se aprobó la Ley de Crédito Público. Y luego, seis años después, se terminan de construir las primeras estaciones: Colegio de Ingenieros, Gato Negro, Plaza Sucre, Pérez Bonalde y Propatria.

En 1979 viene todo el cargamento necesario de rieles para las estaciones que faltan (directamente desde Francia) colaborando a que el proyecto culminara en 1982, con todas las catorce estaciones que conformarían la Línea 1. La vía iba desde Propatria hasta Chacaíto, conectando el Este con el Oeste de la ciudad.

Todos los equipos y operativos funcionaron de forma efectiva y la inauguración se llevó a cabo exitosamente el 2 de enero de 1983. Sin embargo, su historia no termina aquí.

El gigante subterráneo tiene muchas curiosidades, pero la que más nos llamó la atención fue la del autor de los planos de las líneas del metro, pues, ¿sabías que su diseño fue producto del trabajo de Santiago Pol? Pues sí, el renombrado diseñador y artista venezolano lo realizó en 1982 con la asistencia de Aixa Díaz Milano y Adolfo Medina, diseñadores gráficos.

Santiago Pol es conocido por su trabajo en más de 500 carteles diseñados en Venezuela y en el resto del mundo. Puedes ver más de su trabajo aquí.

Desde entonces, ha crecido cada vez más

A lo largo de los años, el incremento de construcción de más urbanizaciones ha permitido al Metro de Caracas seguir creciendo al mismo ritmo y aumentar el alcance de sus rutas.

Se abre la Línea 2 (que se dirige a Las Adjuntas y Zoológico) en 1987; en 1994 se inaugura la Línea 3 (que va desde Plaza Venezuela a La Rinconada) y la primera estación de la Línea 5 (Bello Monte) entra en funcionamiento para todo el público en el 2015.

Es una realidad que nuestro sistema de metro es mucho más moderno y eficiente que el de muchas otras ciudades del mundo. Además de orgullo, trajo consigo muchas facilidades y beneficios para los habitantes de Caracas, porque lo que muchos no saben es que su construcción incentivó el levantamiento de boulevares y calles alternas para los pasos peatonales, facilitando y ampliando el tránsito de los caraqueños. Una de ellas es el Boulevard de Sabana Grande, que va desde Plaza Venezuela hasta Chacaíto.

Su cuidado está en nuestras manos

Nuestra ciudad es increíble y todo el trabajo que se hizo para que llegara a ser la Caracas que conocemos hoy debería ser apreciado por los que habitamos aquí. Gran parte del deterioro de muchas edificaciones y construcciones se debe al poco cuidado que se le ofrecen. Sin embargo, el metro no es un edificio más, sino que es el servicio que nos facilita nuestro día a día y nos transporta de un lugar a otro, por lo que cumplir las normas y colaborar en su mantenimiento es lo menos que podemos hacer.

Hace unos 37 años que los caraqueños contamos con este sistema de transporte subterráneo que tanto nos ha facilitado la vida, colaboremos para que sean aún más.

#CaraqueñosHaciendoCiudad

Escrito por Carla García Sánchez.