La fe y la esperanza se unifican a través del arte en el trabajo de Susan Applewhite

Los recientes eventos con respecto al proceso de beatificación de nuestro admirado Dr. José Gregorio Hernández llenan de grandes emociones a todos los corazones que laten dentro de una nación unida por el fervor y el agradecimiento. Este fervor encuentra infinidad de medios para manifestarse, y entre ellos: el arte destaca por su autenticidad y capacidad comunicativa. Es aquí donde el trabajo de la Artista Susan Applewhite interviene con el poder que posee el arte urbano, en donde la sociedad interactúa de forma directa con la obra, mientras puede experimentar en primera fila el proceso creativo del montaje. Esto genera el despertar del sentido de pertenencia, y en simultáneo invita a llevar a cabo reflexiones de tipo individual para cada espectador.

Para Applewhite cualquier lugar dentro de la ciudad se transforma en un lienzo, en una oportunidad de conectar, en una galería infinita que también ofrece sus retos, pero que la artista sabe muy bien cómo afrontar para sacarles el mayor provecho. En esta oportunidad el arte de Susan funcionó como puente también entre dos comunidades hermanas: Caracas y Charallave, una hermosa experiencia llena de mucho aprendizaje que la artista cordialmente compartió a través de las siguientes líneas:

Compartiendo con Susan Applewhite

«Hola, primero que nada quiero agradecer por esta oportunidad para acercarme un poco a la gente y poder contar un poco de mí y de mi obra. Yo ya tengo muchos años trabajando con la imagen de José Gregorio, me parece que tiene mucha fuerza y mucho significado. Yo la verdad no soy mucho de religión, pero al pensar en fe, vienen a mi mente tres imágenes: Cristo Crucificado, La Virgen del Carmen y la silueta de José Gregorio.

Mi trabajo en la calle comenzó en el año 2017 y ese mismo año instalé mi primera obra del venerable, fue en las Mercedes y a los pocos días la habían degollado. Eso es lo que sucede con el arte callejero, las obras están expuestas a todo y a todos, pero mi fin es mover, generar alguna emoción, sea cual sea y estas cosas me demuestran que lo estoy logrando, todo es válido. Con el pasar del tiempo mis obras de José Gregorio fueron cambiando, las hice de cartón, de anime, de radiografías, etc, y al comenzar la pandemia incluí el tapaboca en cada pieza.

Como mi arte es efímero, empecé a buscar alguna técnica que pudiese durar más y se me ocurrió hacer estas instalaciones con blisters de pastillas pegadas en la pared con cemento. En la Candelaria fue todo muy natural, pasé un día a ubicar alguna pared que se prestara para la instalación y llegando el día de la beatificación me fui para allá con todos mis materiales e instrumentos y lo que hice fue hablar con los de la heladería dueños de dicha pared y comenzar con el montaje. El proceso fue como de 4 horas bajo el sol. Para el de Charallave fui invitada por los vecinos de la Calle José Gregorio Hernández, no había tanto sol y tardé un poco menos.

Las dos experiencias fueron maravillosas, mucha gente se paraba a ver y a preguntar. Me felicitaban y me agradecían por mi trabajo. Se impresionaban al ver el material y cómo iba surgiendo la silueta de José Gregorio. El proceso fue casi igual, la diferencia fue haber sentido a la ciudad en Caracas y haber sentido al pueblo en Charallave. Eso sí, el recibimiento y el agasajo de la gente de Charallave fue especial, no faltaron los golfeados, empanadas, agua, café y refrescos. La verdad nunca había tenido tanto contacto con la gente en una instalación y me movió mucho, sentí que lo que he estado haciendo en la calle ha valido la pena y me dio fuerzas para seguir.

Hemos estado viviendo épocas críticas los últimos años en este país y ahora se le sumó la pandemia, la beatificación nos ha traído un aire de esperanza y de fe. Soy de las que piensa que hay que creer en algo. Mi proyecto inicial era regalarle un José Gregorio de blisters a cada municipio de Caracas, pero he tenido que pedir permisos, cosa que no me gusta, y todavía no he tenido respuestas. Si las cosas tienen que ser, serán».

De esta manera la Artista Susan Applewhite rinde un homenaje al Dr. José Gregorio Hernández, y en simultáneo también nos brinda la oportunidad de que cada uno de nosotros rinda el suyo, por medio de un trabajo artístico potente que nos recuerda que siempre pueden llegar tiempos mejores, es cuestión de seguir adelante, cada uno con su labor y cuidando mucho los unos de los otros. Gracias a creadores como Applewhite podemos experimentar nuestro entorno urbano de otra manera, y en este momento particular envueltos en la energía positiva que otorga la búsqueda de un futuro mejor.

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