Peluquería en casa: Experimentando profesiones

La peluquería es uno de los últimos sitios de primera necesidad hoy en día, tampoco es que antes la visitábamos todos los días, pero como quien dice por ahí, hay cosas que empezamos a valorar o extrañar una vez que ya no las tenemos.

Nunca he sido muy autodidacta, tampoco vanidosa, de hecho me corto el cabello casi una vez al año y solo las puntas. Pero repentinamente con estos días de confinamiento me han dado ganas de hacerme un cambio de look radical.

Eso sí, me encantaba ir a arreglarme las manos y los pies, eso para mi sí que es relajante y es como que te sube el autoestima de una pincelada.

En esta cuarentena la norma y regla principal es quedarse en casa, después de más de quince días ya te empieza a pegar la cosa, ya has hecho todas las actividades que se pueden hacer en casa y hasta pusiste en práctica la mayoría de las recomendaciones.

Experimentando con la peluquería

Después de buscar inspiración y tutoriales en Internet, me llené de coraje, y el flequillo de la infancia, ese que le hacen a todas las niñas, el de niña bonita, fue el escogido.

Antes de experimentar la auto-peluquería, decidí probar con otro conejillo de indias: mi novio. Fue la primera victima, él podría esperar tranquilamente que abrieran su barbería en Plaza Venezuela, ¿pero quién le dice a una mujer que no con tijeras en manos?

La barbería no se me dio tan mal, solo quedó con corte tipo militar, corte bajito, eso está en tendencia en estos días y la barba fue una batalla que no llegué a ganar.

Ahora bien, mi flequillo fue todo un reto, solo les diré que no habrá fotos de él, que espero que estos días de cuarentena se extiendan y que ya quiero que abra mi peluquería.

¿Ustedes con qué han experimentado en estos días de cuarentena?