Los juegos tradicionales están de vuelta en Caracas
Aquella tarde ocurrió algo que impresionó a varios de los que transitamos por la parroquia San José, específicamente en Cotiza. Nadie sabe realmente cómo pasó, o si ya pasaba, pero estábamos tan distraídos que no nos fijábamos que los juegos tradicionales habían vuelto.
Esa tarde, un grupo de niños nos recordaron qué tan divertidos eran los juegos tradicionales que hoy están quedando en el olvido. La metra, la perinola y el papagayo. Este último es uno de los más emocionantes y creo que cada uno tiene una experiencia para recordarlo. Desde empezar a armarlo con tus padres hasta verlo volar por primer vez tan alto como las aves.
Los más pequeños han retomado estas tradiciones, mostrándonos a los jóvenes y adultos que no podemos olvidarlas. Cada tarde al llegar del colegio, los niños almuerzan y salen a jugar, hay fines de semana en los que dan las cinco de la tarde y siguen jugando sin parar. Por alguna razón ellos tan absortos en los juegos, nos llevan a los mejores momentos que están en nuestra memoria. Pues no nos hacía falta una casa para crear una con nuestra imaginación, ni un tesoro para decir que éramos piratas.
Hay días, en los que hasta los adultos juegan metras con ellos, quizás para no dejar en el olvido a ese niño interior que todos tenemos. Es gratificante pasar por estos callejones y observar cómo los niños más grandes le enseñan a los más pequeños a jugar. Verlos hacer carreras en bicicleta y las niñas jugar a la casita con los tacones de las mamás.
Aún cuando sucedió el primer y segundo apagón en Caracas, ellos nos seguían dando energía. Mientras los adultos buscaban agua, ellos jugaban. Generalmente si ibas subiendo la escalera los encontrabas jugando metra en un círculo y sin pensarlo dos veces te ayudaban a subir los garrafones.
Había días en los que solo encontrabas a dos de los niños jugando, pero hay un hecho en especial que muchos de los que vivimos en esta zona, seguimos recordando. La primera noche, mientras todo estaba en penumbra el eco se convirtió en el mejor aliado de los niños y de algunos jóvenes. Desde las ventanas se comunicaban para pasar el rato y olvidar un poco lo que estaba sucediendo. Entre conversaciones mezcladas, lo que más escuchábamos eran sus risas y uno que otro ¿a qué jugaremos mañana?
En el mundo en el que vivimos, no podemos olvidar cómo era ser niños y más en una ciudad tan ajetreada como Caracas en la que cada día ocurre algo diferente.
Sin más, no olvides decirnos en nuestras redes ¿cuál era tu juego favorito de niño?