Cañonero II y el Derby de Kentucky
Blogger desde 2018. Tattoo enthusiast. Music lover.
A razón de la victoria de Sonny León en el Derby de Kentucky recordamos la victoria del noble purasangre, Cañonero II, que hizo historia al ganar la edición 97 del Kentucky Derby el 1 de mayo de 1971, resultado que se convirtió en una hazaña histórica, ya que nadie daba ni un dólar por el castaño pistero de Venezuela, siendo lo más irónico, que él mismo nació en un criadero de Kentucky en los Estados Unidos. Ese sábado, los venezolanos aventureros, Gustavo Ávila en la monta y Juan Arias en el entrenamiento, soñaban con hacer un buen y decoroso papel en el “Derby de las Rosas”.
Cañonero II nació en la tierra que lo vio triunfar, Kentucky, unos años después fue comprado por Pedro Baptista y llego a las manos del entrenador Juan Arias, un soñador como el mismo Baptista. “Los tildaron de locos”, cuenta Antonio José Medina, periodista hípico, en una entrevista.
Debutando en 1970 en La Rinconada obtuvo un triunfo por seis cuerpos, conducido por J. E. Contreras. Sin una sobresaliente campaña sus dueños decidieron probar suerte en Estados Unidos, aunque tuvieron que regresar sin mayores glorias.
Seis triunfos en diez presentaciones fueron razones suficientes para que Baptista y Arias lo intentaran de nuevo en Norteamérica. Esta vez no sería en cualquier carrera, el reto era correr el Kentucky Derby, primera joya de la Triple Corona estadounidense. “No tenían presupuesto para llevarlo. Su viaje fue muy accidentado. Además Pedro Baptista dijo que su mamá se le había aparecido en un sueño y le dijo que ganaría el Kentucky Derby”, cuenta Medina.
Para añadir más drama a la historia del campeón su viaje fue más que accidentado. El portal Anécdotas Hípicas cuenta que debió cambiar de avión hacia Miami. Al llegar a Estados Unidos fue devuelto a Panamá por no tener papeles y al solucionar el trámite se fue a Louisville por tierra desde Florida.
Pero eso no detuvo el sueño de Pedro Baptista y Juan Arias. Estos soñadores o locos contaban con el apoyo del “Monstruo”, Gustavo Ávila quien montaría a Cañonero. Los trabajos en la semana no fueron del todo alentadores. Cañonero II había perdido peso por el trajín del viaje, pero poco a poco fue mejorando. La historia sería escrita, pasara lo que pasara el alazán correría en Churchill Downs.
Gustavo Ávila tenía un nombre bien ganado sobre los óvalos de América. Cinco años antes había ganado el Clásico del Caribe con Victoreado, un caballo nacido en Venezuela con el que conquistó el primer selectivo caribeño. Al comenzar la carrera Cañonero II no aparecía entre los primeros puestos, Gustavo Ávila lo traía colocado. Entrando en la recta final el caballo vino de atrás y se quitó 20 cuerpos para cruzar la meta en primer lugar.
“No lo puedo creer, el caballo que viene de ganar el Derby es uno que vendí por dos mil dólares, dijo y bajó sus binoculares”. Edward Benjamín, criador de Cañonero. Hay que destacar que el Sr. Luis Navas, hípico local y que trabajó en el “Studbook”, fue quien adquirió al caballo y posteriormente, lo trajo a Venezuela, para vendérselo a Pedro Baptista.
El equipo de Cañonero II no podía detenerse, el caballo tenía que correr el Preakness Stakes, segundo de la Triple Corona. Así el humilde ejemplar de un rincón de Suramérica protagonizaría una espectacular carrera en Pimlico en donde Gustavo Ávila le dio una cátedra a los que lo vieron. Cañonero II pronto salió a hacerle frente en punta a Eastern Fleet hasta la recta final. El caballo norteamericano peleó con el venezolano hasta que Ávila tomó ventaja y ganaría cómodo. En el país muchos pudieron ver la carrera en la narración del inolvidable Aly Khan.
Pero como todas las historias románticas, llegan las lágrimas de amargura. El mundo estaba rendido a las patas de Cañonero II, esperando una histórica Triple Corona de un equipo no estadounidense. En la semana previa al Belmont Stakes se corrió el rumor de que Cañonero II tendría una micosis en sus cascos. La información era cierta, Juan Arias decidió no entrenarlo a fondo para descansarlo y darle chance de recuperación.
La carrera se tornó cuesta arriba. A pesar de que salió en punta, Pass Catcher logró darle caza. Cañonero II cedió ante la lesión y culminó en el cuarto puesto.
“Aly Khan dice que si ese caballo no hubiese tenido ese problema en los cascos, seguro sería triple coronado. La historia de Cañonero II es digna de una película, había muchos planes pero no se pudo rodar.”, asegura Medina.
Años después, la historia de Cañonero II aún es recordada. Fue vendido por un millón y medio de dólares y al final de su vida fue retornado a Venezuela a prestar servicio como semental.
Información tomada de triangulodeportivo.com y zonahipica.com