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El Jardín Botánico de Caracas, un refugio vegetal

El Jardín Botánico de Caracas, un refugio vegetal

Cuándo la comisión designada por el ICU (el Instituto de la Ciudad Universitaria dependiente del Ministerio de Obras Públicas) consideró que el área de la Hacienda Ibarra contigua al río Guaire y a la futura autopista Francisco Fajardo, era inadecuada para la construcción de edificaciones para impartir docencia en la futura Ciudad Universitaria, por el ruido del tráfico automotor de Los Caobos. El doctor Tobías Lasser contactó al doctor Armando Vegas, coordinador de la Comisión, y le propuso desarrollar en ese espacio un jardín botánico para Caracas, no solo con el fin de preservar las especies vegetales en peligro por las diferentes actividades humanas, sino que también sirviera para realizar las actividades de prácticas de campo de los estudiantes de la Cátedra de Botánica de la recién creada Escuela de Biología, Facultad de Ciencias. Esta propuesta fue discutida y aprobada por el Consejo del ICU, y fueron asignadas 70 hectáreas sembradas de caña de azúcar para que fueran transformadas en el jardín botánico que hoy conocemos.

En la zona plana de la hacienda, Villanueva diseñó y construyó el edificio sede del Jardín Botánico de Caracas, rodeado de una serie de áreas verdes. Dentro de la sede destaca el Auditorio Dr. Tobías Lasser, de intenso color rojo, al igual que la fachada del edificio, con dos terrazas interconectadas por rampas y corredores al espacio contiguo asignado para el funcionamiento del Herbario Nacional, Biblioteca Henri Pittier, oficinas y laboratorios. En esta edificación se observan patios, pérgolas, quiebra soles, jardines interiores y paredes perforadas que permiten la integración del conjunto arquitectónico con el ambiente exterior. Aquí, Villanueva culminó su proyecto “Síntesis de las Artes Mayores”, con el mural en relieve en mosaicos artesanales, cerámica esmaltada y mosaicos vítreos industriales de un paisaje abstracto del artista cubano Wifredo Lam, «Fantasías de plantas tropicales» para el vestíbulo del mencionado edificio. Esta obra presenta un tema de la mundología surrealista de su autor, donde lo animal y vegetal se entremezclan por toda la composición, sobresaliendo figuras mixtas representando hombres-pájaro de color rojo, amarillo y blanco. En el espacio diseñado para el funcionamiento de la biblioteca Henri Pittier, incorporó el mural de madera de Francisco Narváez, un pentagrama con armonía de formas vegetales. En este edificio, Villanueva logró que el espacio viva bajo los efectos de la luz, dándole una atmósfera, acorde con las actividades propias de este Instituto, la docencia y la investigación.

Simultáneamente con la construcción del edificio sede, el doctor Lasser con sus conocimientos en botánica y el arquitecto paisajista alemán Carlos Wendlinger, comenzaron la transformación de las hectáreas asignadas por el ICU en el Jardín Botánico de Caracas, nombre que fue oficializado en 1991. Una de las actividades considerada como de las más transcendentales fue la reforestación de las colinas por especies autóctonas y extranjeras meticulosamente seleccionadas y evaluadas. Este arduo trabajo fue realizado inicialmente por el perito forestal Lucindo Torres Pernía, el capataz Pedro Naspe y otros, dejándonos como legado un pulmón vegetal refugio de especies de la fauna caraqueña.

Dentro del grupo de individuos que hicieron posible el logro del Proyecto del doctor Lasser, se destaca al horticultor suizo August Braun, quien llega a Venezuela en octubre de 1951 y se incorpora al equipo de trabajo existente como Jardinero Jefe. A él se le asignó la labor de acondicionamiento de las áreas planas del jardín, haciendo énfasis en la siembra de palmas y plantas xerofíticas. El Crassuletum fue su primer trabajo, cerca de la entrada del jardín con plantas suculentas de América, África y Asia. Después realizó viajes por las diferentes regiones de Venezuela y América para levantar la colección de palmas exóticas y nativas del Jardín Botánico una de las colecciones más grande de América Latina. Braun, estimó en 1984 que solo 25 de las 130 especies de palmas autóctonas son cultivadas en el jardín, ya que el clima del lugar era favorable para algunas especies, pero no para la mayoría.

El arquitecto paisajista Marcel Faraúdo, hizo el primer levantamiento topográfico del Jardín Botánico, y su sectorización en las áreas que actualmente conocemos, como el xerofítico (Crassuletum), el jardín etnobotánico, el arboretum, orquideario, bromeliario, palmetum, la laguna principal frente del área xerofítica y los dos espejos de agua, uno dentro del edificio sede del jardín y otro al final del arboretum, llamado Laguna Venezuela, ubicado en el extremo noroccidental del Jardín, limítrofe con la Autopista Francisco Fajardo. Su nombre obedece a que su contorno asemeja el mapa de Venezuela. Estos jardínes hidrofíticos cuentan con una hermosa muestra de nenúfares, lotos, victorias, juncos, papiros, lirios de pantanos, y otras especies de plantas acuáticas. Actualmente, además de las áreas mencionadas tenemos el jardín paleozoico, constituido por una nueva colección de plantas ubicadas al final del área xerofítica, creada recientemente por el doctor Leandro Aristiguieta, para mostrar las primeras plantas sobre la tierra, durante el período paleozoico, 570 millones de años atrás; y el jardín didáctico-recreacional, agradable área rodeada de originarias y exóticas plantas, con espacios libres para la recreación y otras actividades.

El Jardín Botánico y el edificio central fueron inaugurados en 1958, como la sede del Instituto Botánico Ministerio de Agricultura y Cría (MAC), estableciéndose así una interrelación entre el MAC-ente encargado de manejar las áreas naturales- y la UCV. Ese mismo año son trasladados a esta edificación invaluables patrimonios, como son la biblioteca Henri Pittier creada en el año de 1920, y el Herbario Nacional de Venezuela, fundado en 1921, que formaban parte del Museo Comercial e Industrial de Venezuela, el cual funcionó en la parte posterior de la Casa Amarilla bajo la dirección del naturalista y botánico Henri Pittier.

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El 12 de noviembre de 1969 fue decretado parque nacional y El 2 de diciembre del 2000, la Ciudad Universitaria de Caracas con su Jardín Botánico fue declarada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) Patrimonio de la Humanidad, convirtiéndose en el primer campus en América Latina en recibir ese honor.


Información tomada de Wikipedia y www.tribunadelinvestigador.com

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