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Los orígenes de Magallanes en Caracas, parte 1

Los orígenes de Magallanes en Caracas, parte 1

Fundado como un equipo de béisbol el 26 de octubre de 1917 por un grupo de fanáticos bajo el nombre de Magallanes, es la institución deportiva más antigua de Venezuela que aún sigue en vigencia. Sus orígenes se remontan a los primeros años del siglo xx cuando un grupo de jóvenes del oeste de la capital, Catia, quisieron crear un club capaz de rivalizar con una novena del este de la capital, los Royal Criollos del sector de Sarría.

Magallanes fue constituido por primera vez bajo el nombre Magallanes Base Ball Club por un grupo de fanáticos, que como de costumbre se reunían en el «Back Stop» de Caracas, ubicado en el pleno centro frente al Palacio de Miraflores. El viernes 26 de octubre, el dueño del bar, Antonio Benítez Abedanck, fue quien propuso mediante una votación por parte de los clientes presentes qué nombre debería llevar el club. Ricardo Salomón propuso el nombre de Balboa solo porque le parecía sonoro, Alfredo Caglianone propuso el de Colón igualmente por el motivo anterior y porque era el nombre de un gran aventurero (en referencia a Cristóbal Colón), Jesús Gómez consideró que el club debía llamarse Diego de Losada en honor al fundador de la ciudad de Caracas.​ Benítez a modo de broma dijo que el equipo debía llamarse Magallanes, no por el navegante portugués Fernando de Magallanes, sino por el Estrecho de Magallanes en Chile, porque «allí se iban a estrellar todos los clubes».​ Algunos comentan que Benítez fue marinero en su juventud y logró la proeza de pasar a través de dicho estrecho. Otras investigaciones indican que lo de Magallanes fue por el navegante portugués Fernando de Magallanes, y por eso es que se les llama los navegantes, no obstante, el club cambiaría de nombre haciendo alusión a que son los Navegantes del (estrecho de) Magallanes​. Días antes de la reunión, los fundadores del club habían decidido seleccionar como sede un campo abandonado ubicado en los Altos de Cútira, detrás de la plaza Pérez Bonalde de Catia.

Para noviembre 1917, Magallanes, con sede en Caracas, inicia las prácticas para seleccionar jugadores. En enero de 1918 el equipo es inscrito en el Campeonato Nacional de Béisbol. Tras discusiones entre los directivos acerca de la elección del plantel que jugaría el torneo, su presidente Jesús Gómez renuncia y toma el cargo Carlos Bonnet (quien posteriormente se convertiría en autor de famosas piezas de música venezolana).

magallanes

En su primer partido, el 24 de febrero, Magallanes venció al equipo de Flor del Ávila con marcador de 20 a 6, aunque en las siguientes salidas las derrotas fueron más que las victorias, lo que motiva al equipo a retirarse del torneo.​ Esto provoca una estampida de jugadores hacia otros conjuntos, por lo que el 7 de mayo se convocó a una asamblea extraordinaria para tratar el asunto. Hasta allí, en lo que a documentación periodística se refiere, existió físicamente el Magallanes.​ El surgimiento de un primer Magallanes, tendría una fugaz existencia en el ámbito de la pelota criolla, ya que desaparecería poco después debido a la aparición de la epidemia de gripe española de 1918, que diezmó a la novel divisa. Entre las víctimas destacó Luis Meneses, único pitcher del conjunto.

Tras diez años de ausencia, Antonio Benítez, dueño de Back Stop y varios de los fundadores originales del club, unieron esfuerzos para refundar el equipo el 1 de julio de 1927. Entre sus fundadores aparecen resaltados Juan Carratú y Luis Carratú, la familia Fagre y los turcos Alberto y Ricardo Salomón, Vicente Issa y Eduardo Kalil. El Magallanes regresa como un equipo de categoría amateur que ingresó en el torneo de segunda categoría (agosto-noviembre) de ese año organizado por la Asociación Nacional de Base Ball (ANB), donde fue eliminado tempranamente por el conjunto de Estrella Roja al perder 20 a 11. A raíz de esto, algunos cronistas infirieron que el club se había empavado por mandar a hacer los uniformes en Estados Unidos. Además, su color chocolate era motivo de burlas. La burla fue tal que hasta unos versos fueron publicados por un señor que se hacía llamar Juan Parao. A raíz de todo esto, el club reorienta sus objetivos para pasar de un club familiar o informal, a un club competitivo.

Para el primer campeonato de Primera División realizado en septiembre de ese año y enero de 1928, Magallanes se encontraba realizando partidos amistosos en la capital, subiendo progresivamente el escalafón hasta el punto de jugar en febrero de 1929 contra una selección puertorriqueña la cual le propinó una dura derrota 12 a 1. Magallanes seguiría perdiendo partidos, siendo el más sonado un partido donde fue vapuleado por el Royal Criollos, equipo que atravesaba una profunda crisis.

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Según Eduardo Kalil, estos encuentros no sirvieron sino para ir midiendo el nivel de juego del Magallanes.​ Por otro lado el equipo Royal Criollos mantenía una superioridad vergonzosa respecto a las demás novenas. Tanto así que los equipos Santa Marta y Cincinnati (ambos de La Guaira) constituyeron un equipo para enfrentarlos. El resultado fue una victoria 10 a 1 para Royal. Magallanes creyó entonces que era su oportunidad de retarlos, pero la respuesta del mánager de Royal, Jesús Corao no pudo ser más determinante en la corta historia de la novena de Catia. Corao los mando a bañarse, a sembrar papas o a terminar de criarse. En pocas palabras: Magallanes no tenía nivel para medirse contra el Royal. Los jugadores del Magallanes heridos en su orgullo, pidieron a la directiva del club reforzarse con jugadores provenientes del interior. La directiva contrato a Balbino Inojosa, un potente lanzador del equipo Latinos de Valencia, pero ningún cácher del club tenía suficiente habilidad para poder recibir los rápidos envíos de Inojosa. Ricardo Salomón, directivo del club, aprovechó un viaje a Maracay para conseguir a ese cácher: Manuel Antonio «Pollo» Malpica. Magallanes iniciaría ese año su escalada triunfal hacia la Primera División. El Nuevo Diario, partidario del Royal Criollos, reseñaba las actuaciones de la escuadra «turca» con sarcásticos titulares, llegando a bautizar al equipo de Catia como Inojosa BBC. Las victorias que consiguió el Magallanes servirían para sentar las bases del fanatismo que rodearía al Magallanes hasta hoy día.

En 1930 Los bucaneros de Catia retarían a uno de los mejores equipos de la liga, el Royal Criollos del barrio de Sarría. Aunque el primer partido lo perderían 10 a 0, Balbino Inojosa surge para convertirse en la primera figura del club y echarse el equipo a hombros para conseguir tres victorias consecutivas para alzarse con la Copa Londres, desatando la locura en los alrededores de Catia, que se convirtió en la parroquia donde tendría su propio terreno para practicar, al punto de legar su nombre a la populosa barriada conocida hoy como Los Magallanes de Catia. Tras este encuentro Magallanes se convirtió entonces en un club idolatrado por una buena parte de los caraqueños, en especial, por los que habitaban en el oeste de la capital. Igualmente empieza a surgir la rivalidad entre Royal Criollos y Magallanes. Paulatinamente, sus mayores baluartes (entre ellos su estelar shortstop Luis Aparicio Ortega) fueron abandonando el equipo al aceptar mejores propuestas económicas por parte del equipo Concordia, propiedad del hijo del entonces presidente Juan Vicente Gómez, lo que hizo que en 1933 Carratú retirara al equipo del torneo, cerrando así esta segunda etapa.


Información tomada de Wikipedia.

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