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Edificio Altamira: un hito arquitectónico

Edificio Altamira: un hito arquitectónico

Arthur Kahn llegó a Carcas en 1942, huyendo de la guerra, colaboró con Carlos Raúl Villanueva, formando parte del equipo de la Ciudad Universitaria de Caracas. Su trabajó se centró en el proyecto del Instituto Anatomo-Patológico. En 1943 comenzó a recibir encargos como el de la casa Klemprer en San Bernardino, el Hotel Nacional, que fue el primer edificio en Venezuela con brise-soléil movible; el edificio Beco-Blohm, y el edificio Altamira. Posteriormente fundaría en 1945, su propia empresa “Arquidec”.

En una entrevista realizada por Henry Vicente en 1998, Kahn cuenta que obtuvo la obra del Edificio Altamira de manera casi fortuita. Kahn supo que Luis Roche, uno de los mayores constructores de la época, planificaba urbanizar una gran extensión de terreno en el este de Caracas.

Edificio Altamira

Arthur Kahn termina asistiendo a una entrevista para ofrecer sus servicios como arquitecto a Luis Roche, quien dirigía y promovía nuevos urbanismos en el este de Caracas. En ella Roche plantea lo prescindible de la figura del arquitecto: «Nosotros no somos arquitectos, pero tenemos muy buenos libros de arquitectura». Frase a la que Kahn certeramente responde: «Estimado señor Roche: gracias por su hospitalidad, y si un día se siente mal de salud, llámeme, por favor; no soy médico, pero tengo muy buenos libros de medicina». La conversación fue el detonante para que el día siguiente Roche le asignara a Kahn el proyecto del edificio Altamira. Su arquitectura se encuentra en estrecha relación con el trazado urbano de Altamira, donde el edificio se inserta frente a la plaza Francia (antes plaza Altamira).

La primera idea formal del edificio Altamira fue la de una torre de 20 pisos, como hito en altura que identificara claramente un lugar todavía demasiado distante del centro. Sin embargo, se optó por la realización de un edificio de 8 plantas, pudiendo así observar el Ávila desde la Plaza. En un emplazamiento a eje de simetría con la plaza y dando carácter primario a la visual del Ávila, al obelisco y a las dos avenidas principales laterales que conformarían la entrada de la urbanización. La organización en planta remarca su condición funcional, pues el hall de acceso de cada apartamento separa las áreas de servicio, ubicadas al norte, de las de las habitaciones, ubicadas hacia el sur. Las ventanas en esquina acentúan la condición particular del edificio, protagonista del encuentro entre la plaza y las avenidas laterales.

El apartamento de Luis Roche, de dos niveles, hacía de remate del conjunto arquitectónico, el diseño del espacio donde Roche proyectaba sus películas fue unas de las preocupaciones de Kahn, así como los ventanales curvos, convexos, oponiéndose y equilibrando el juego cóncavo del volumen del edificio, que volcaban hacia la plaza Altamira.

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El Pasaje Zingg, el conjunto de la Ciudad Universitaria de la UCV, el Hotel Nacional demolido hace años, el edificio BECO-Blohm, la Torre Aco de Las Mercedes, son obras arquitectónicas relevantes que no pasan desapercibidas y algunas son punto de referencia al momento de buscar una dirección. Aun así, pocos conocen que fue Arthur Kahn quien planificó, diseñó y supervisó la construcción de esos proyectos arquitectónicos caraqueños.


Información tomada de: https://arquitecturayempresa.es/ y http://guiaccs.com/

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