Transversales Urbanas / Ritmos Paralelos de Carmela Fenice se expone en el Maczul

La individual de la artista venezolana Carmela Fenice titulada Transversales Urbanas/Ritmos Paralelos se presenta en el marco de la reapertura del Maczul celebrando los 23 años del Museo. La inauguración se llevó a cabo en la Sala 3 del Museo de Arte Contemporáneo del Zulia en Maracaibo, con textos de María Luz Cárdenas y curaduría de María Teresa Govea-Meoz.

Integrada por un total de 18 obras esta nueva propuesta expositiva “recoge la evolución de la investigación sobre la articulación de la memoria de la ciudad que Carmela Fenice presentó por primera vez en la exposición Ritmos Urbanos de 2019, ofreciendo nuevas perspectivas a la deconstrucción fragmentaria de los recuerdos en todo un espectro de variaciones, formas que dibujan y desdibujan los contornos, generando nuevas e inesperadas estructuras. Su campo de acción es la ciudad recorrida, observada, amada; la ciudad que se convierte en muchas ciudades y tránsitos –la ciudad tejida en la imaginación después de haber sido vivida en toda su extensión. Fenice ha caminado ciudades, habitado sus rincones. Sabe asumirla en sus detalles más íntimos y sabe también ver lo que en la superficie no se logra fácilmente precisar. El de ella es un ojo que atiende, que interroga, que analiza los detalles y los examina cuidadosamente para convertirlos en una trama diferente”, según afirma la investigadora, curadora y crítico de arte contemporáneo María Luz Cárdenas, en el texto que acompaña la exhibición, el cual se puede leer en su totalidad en el catálogo de la exposición.

Cárdenas afirma que “en Ritmos Urbanos, primera estación de la indagación visual, el formato utilizado remitía básicamente al del lenguaje gráfico del póster –uno de los elementos más enraizados en la tradición urbana. Se revalorizaba el cartel para hacernos sentir la relación con ese espacio de una manera más profunda: los letreros y pancartas generan textos sobre textos que, a la vez, determinan una forma muy propia de comunicación en las paredes de la urbe. Este formato se conserva en algunas obras de Transversales Urbanas/Ritmos Paralelos, pero acá se introduce un proceso deconstructivo que hace crecer sus recorridos por el recuerdo: los pedazos de ciudad en la memoria estallan en ritmos transversales que entrecruzan los planos formales con los destellos de la imagen de la ciudad que se desplaza sin cesar en nuestras mentes y, en ese desplazamiento, se generan nuevos y vertiginosos movimientos. La ciudad se extiende en diagonal y desborda el espacio».

CONVERSANDO CON Carmela Fenice (Exposición Transversales Urbanas / Ritmos Paralelos)

La idea de montar la exposición surge gracias al acuerdo de dos grandes instituciones, de itinerar entre Caracas y Maracaibo sus propuestas expositivas. Me refiero al Maczul, Museo de Arte Contemporáneo del Zulia de la mano de su actual presidenta Anabelí Vera Marín y el espacio expositivo La Caja del Centro Cultural Chacao, para ese momento a cargo de Tutty García. En el 2018 ingreso en la programación de La Caja, época que coincide con una nueva línea de investigación que empecé a desarrollar, y es así como surge la individual Ritmos Urbanos, inaugurada en la Caja el 11 de mayo de 2019, con textos de María Luz Cárdenas, crítico e investigadora de arte y con curaduría de María Teresa Govea-Meóz.

Ahora bien, en esta exposición presenté las primeras piezas de un gran proyecto que empezó a evolucionar desde mi observación de estructuras y edificaciones de los grandes paisajes urbanos. Son composiciones, fragmentos de fotografías sobre “…la ciudad recorrida, observada, amada; la ciudad que se convierte en muchas ciudades y tránsitos -la ciudad tejida en la imaginación después de haber sido vivida en toda su extensión.”, como bien dice María Luz Cárdenas en el texto de Sala de Ritmos Urbanos.

La itinerancia de esta exposición fue pautada para exponerla en marzo de 2020 en la Sala 3 del Maczul, la cual una vez montada, no se pudo inaugurar por el inicio del confinamiento debido a la pandemia. Es después de año y medio que finalmente, inaugura en el Maczul la individual Transversales Urbanas / Ritmos Paralelos. Esta muestra incluye algunas piezas de la exposición inicial y de dos exhibiciones colectivas en las cuales participé a finales del 2019. Cabe destacar que por lo grande de la Sala 3, realicé obras nuevas e incluso algunas de ellas replanteadas y deconstruidas. Separé los fragmentos, lo que me permitió generar nuevas dinámicas compositivas en el espacio.

¿Cree usted que visualizar la imagen fragmentada ayuda a prolongar su existencia en la memoria?

Ciertamente, porque forma parte de la memoria colectiva, de esos recuerdos que la sociedad atesora. Sin embargo, los lugares transitados que emergen ante una imagen fragmentada son recopilados con un carácter singular por cada individuo, el cual se conecta con su pasado urbano por medio de la memoria selectiva. Le da permanencia a ese lugar visitado o vivido, lo trae a su presente. Es un hecho cultural, e incluso generacional. Es por eso que al definir mi narrativa visual sobre la urbe, quise reconstruir el paisaje urbano reinterpretado con elementos de la abstracción geométrica.

¿De qué manera puede quedar afectada la memoria histórica de los habitantes cuando la ciudad se transforma abruptamente?

Toda ciudad es cambiante, evoluciona constantemente, a través de los meses, años, décadas y centurias. Por eso para mi la ciudad es atemporal, hay que observarla desde una mirada transversal, donde pasado, presente y futuro se sobreponen. La ventaja en plena era digital es que tenemos a disposición las llamadas granjas digitales que almacenan archivos, documentos, imágenes y videos; valiosos registros de esa memoria eterna y versátil de las grandes urbes. Se reconstruye el pasado, se almacena y está al alcance de todos. Conciliar con el caos citadino y con las transformaciones, forma parte del impacto global de las metrópolis.

¿Cree usted que cada persona elabora su propio mapa?

Sí, como individuos tenemos nuestros propios procesos mentales, los cuales han sido aprendidos y desarrollados por medio de la educación y las experiencias de vida. Son estructuras que facilitan las prácticas repetitivas que establecen efectivamente nuestra ubicación y desplazamiento en el espacio que nos rodea. Pero ciertamente esos patrones pueden modificarse en pro de la búsqueda del bienestar del individuo.

Ahora que escribo esta frase, caigo en cuenta que quizás existió la necesidad de dejar a un lado líneas de investigación que me estaban afectando emocionalmente, al punto que me causaban tristeza y dolor profundo por lo imposible de cuantificar problemáticas severas en la Venezuela actual, eso me llevó a plantearme la investigación sobre las Ciudades, que desde el inicio ha sido un proceso lúdico e incluso catártico. Formas, estructuras, colores y composiciones, que por medio de los fragmentos ubicados con ciertos dinamismo, secuencialmente y repetitivos, me llevan a traer al presente esa memoria de mis afectos por las ciudades que tanto amo.

¿Nos podría hablar sobre el ángulo desde el cual usted realiza la cartografía urbana?

Mi trabajo inicia al recorrer las ciudades con mi cámara fotográfica. O mejor dicho, volverlas a recorrer, pero esta vez para captar y darle permanencia a imágenes guardadas en mi memoria. Soy apasionada de la arquitectura: formas, materiales y estructuras. La grandiosidad de los rascacielos: los de Nueva York, los de Moscú, o los de la película Metrópolis (1927) de Fritz Lang, que por cierto parecen ser los mismos. Las catedrales tan imponentes como Il Duomo de Milano, ciudad en la que viví mi niñez o la Catedral de San Patricio. Definitivamente mi mirada es hacia arriba, a ese ángulo de la cámara que se le llama Tilt Up.

Quizás es recordar esa mirada de niña, de cuando me quedaba extasiada admirando el crecimiento de mis ciudades: Caracas, Milano, Moscú, Nueva York, Madrid, Barcelona, Lisboa, por nombrar algunas ciudades vividas, amadas y visitadas.

¿Existe la intención de enviar un mensaje de unificación a la humanidad dentro de ese ejercicio de crear una ciudad universal?

En efecto esa es una de las interpretaciones que se le da a mi obra urbana. Una de mis premisas iniciales que antecede al proceso compositivo, es re-crear esa ciudad universal unificada que cada individuo tiene en su memoria, esa recopilación de ciudades vividas y visitadas que se van acumulando a lo largo de su existencia. A esa experiencia presencial del pasado se le suma la memoria colectiva digital que se tiene en la actualidad. Como consecuencia de este hecho he acuñado el término “Ciudad punto 21”, esa Ciudad Virtual que miras con avidez a través de las redes. Son miles de fotografías de fragmentos de un sin fin de ciudades ubicadas a lo largo y ancho del planeta. Tu mente es prodigiosa y sin duda fusiona experiencias presenciales y virtuales.

Por eso considero que el público se conecta con mis ciudades, se las apropia, se identifican con ellas. La narrativa visual de mis creaciones le otorgan un carácter universal a la ciudad. Pero lo más importante, más allá de mis premisas iniciales es el momentum creador, el cual es inconsciente, va surgiendo en un estado meditativo, ensimismada en el regocijo que me produce crear una pieza. Es una pretensión de mi parte acercarme por un instante a la belleza, a la armonía de las formas, colores y composiciones por medio de fragmentos de la urbe. Una vez terminada, son ciudades imaginarias, ocultas, universales que tienen múltiples interpretaciones.

Sobre la interacción del público con su obra

Las experiencias más frecuentes tienen que ver sobre todo con esos fragmentos, formas de ciudad con la cual cada persona se identifica. Al ver alguna pieza en especial, por lo general me preguntan: -¿Esa fachada es de un edificio ubicado en Berlín cierto? Y yo respondo: -si, pero no se lo digas a nadie. Al rato pasa otra persona y se para frente a la misma obra y me dice: -Eso es Miami. A lo cual yo le respondo que si, pero que me guarde el secreto. Finalmente, es la ciudad que cada quien tiene en su memoria, la que permanece y se reconstruye a través de algunas de mis obras.

Pensando en el futuro…

Proyectos hay varios en gestación, pero el que considero de mayor trascendencia es la realización de un libro sobre mi proceso creador como artista visual. Documentar para la posteridad las diferentes líneas de investigación que he desarrollado, le da permanencia a mi obra y permitirá a futuro conocerla, estudiarla y analizarla.

Al público, los invito a visitar las exposiciones, a incentivar a las nuevas generaciones a convertirse en apasionados del arte y sobre todo les propongo que inviertan en la compra de arte, es la forma de subsistencia de los artistas. A los artistas emergentes puedo recomendarles que cultiven el ojo visitando lo más que puedan galerías y museos. Que la búsqueda del conocimiento sobre arte sea infinita y continua. Y sobre aquellas obras que los impacte, sugiero que conozcan al artista; indaguen y profundicen sobre sus inquietudes, sobre aquello que quiere comunicar y el por qué. Y finalmente, crean en si mismos y dediquen todos los días un tiempo a la producción de obras. Disfruten al máximo de su proceso creador.

El público podrá apreciar la obra de Carmela Fenice en la exposición Transversales Urbanas/Ritmos Paralelos, en la Sala 3 de el Maczul – Museo de Arte contemporáneo de el Zulia, ubicado en la prolongación Cecilio Acosta Calle 67 con Avenida Universidad, Maracaibo. El horario es de martes a sábado de 9 a.m. a 2 p.m. Entrada libre. Para mayor información pueden seguir las cuentas de el Maczul en Instagram @elmaczul #VenalMuseo y de la artista
IG: @carmelafeniceart Twitter: @CarmelaFenice

Para conocer más sobre la obra de Fenice pueden visitar su página web con obras recientes: https://carmelafeniceart.wixsite.com/VisualArtist