Codazzi: Mucho más que un colegio
El Colegio Codazzi, ubicado en la urbanización La Florida, es una de las instituciones educativas más importantes de la capital. Fue fundado en 1951 y cuenta con reconocimiento oficial por parte de la República Italiana.
Su nombre rinde homenaje a uno de los italianos más insignes que prestó servicios a Venezuela, ya que luchó en la guerra de independencia, levantó el primer mapa completo del país y fundó una famosa comunidad de inmigrantes europeos en Aragua: Agustín Codazzi.
Una vida de novela
Cuando llegó por primera vez a Venezuela en 1827, Agustín Codazzi ya había vivido una vida digna de una novela de aventuras. Había nacido el 11 de julio de 1793 en Lugo, región italiana de Emilia-Romaña, que por ese entonces formaba parte de los Estados Pontificios, una extensa entidad territorial gobernada por el papa que duró hasta 1870.
Codazzi se formó como artillero e ingeniero militar en Bolonia, Pavía y Módena. A comienzos del siglo XIX, Europa se hallaba inmersa en las Guerras Napoleónicas y nuestro personaje, con apenas 16 años, se alistó en el ejército francés y participó en varias batallas libradas en suelo alemán, entre ellas la célebre batalla de Leipzig o de “las naciones” (19 de octubre de 1813), en la que el propio Bonaparte lo condecoró por su valor en el combate.
Tras el fin de las Guerras Napoleónicas en 1815, Codazzi, entonces de 22 años, emprendió junto a un amigo un largo viaje por Europa y Turquía. Pero su sed de lucha seguía intacta. Como bien apunta Arturo Uslar Pietri, la culminación del conflicto con Bonaparte hizo que muchos soldados europeos se incorporaran a las guerras de independencia latinoamericanas, “en busca de aventuras y una nueva causa por la que luchar”.
América llama
Agustín Codazzi no fue la excepción y en 1817 se embarcó en Holanda y llegó a Baltimore, Estados Unidos. Allí escuchó hablar de las hazañas de Simón Bolívar en el sur y se dispuso a ofrecerle sus servicios. Pero en el camino se unió a un curioso personaje: el corsario francés Luis Aury, quien asaltaba y saqueaba posesiones españolas en el Caribe en apoyo a la causa independentista.
Codazzi participó junto a Aury en hazañas como la efímera República de Florida, en la isla de Amelia, y la conquista y fortificación de la isla de Providencia (1818), el primer territorio de la actual Colombia en proclamar su independencia de España.
Por órdenes de Aury, Codazzi viajó hasta Bogotá para entrevistarse con Simón Bolívar, aunque no tuvo éxito. Sin embargo, durante el viaje de regreso el italiano recibió un regalo inesperado: uno de sus compañeros falleció y le dejó como herencia seis botellas de oro en polvo.
Con esa pequeña fortuna, Agustín Codazzi volvió a Italia en 1823 y compró cerca de su localidad natal una propiedad de 180 hectáreas llamada “Villa Serrallo” con la idea de asentarse como agricultor. Pero la tentativa no tuvo éxito y tres años más tarde decidió volver al Nuevo Mundo.
Cartografiar un país
En 1826, Codazzi, de 33 años, estaba de nuevo en Bogotá, por entonces capital de la Gran Colombia, que englobaba a las actuales repúblicas de Venezuela, Colombia, Panamá y Ecuador.
A diferencia de su viaje anterior, en esta ocasión el italiano pudo encontrarse con Bolívar, quien le agradeció los servicios prestados a la lucha independentista incorporándolo al ejército libertador, concediéndole la Orden de Libertadores y el grado de teniente coronel. Asimismo lo incorporó a la comitiva que lo acompañó en su última visita a Venezuela en 1827.
Codazzi permaneció en Venezuela tras la partida de Bolívar y recibió su primer encargo importante: efectuar un reconocimiento topográfico de la costa del Lago de Maracaibo para determinar aquellos puntos en los que podría ocurrir una nueva invasión realista.
El italiano acometió esta empresa con tal eficiencia que José Antonio Páez, primer presidente de Venezuela tras la disolución de la Gran Colombia, le pidió en 1830 ampliar lo hecho en Maracaibo y levantar un mapa general del país, así como de todas y cada una de las trece provincias que entonces lo conformaban.
Al frente de la llamada “Comisión Corográfica”, Codazzi recorrió la casi totalidad de la geografía nacional durante los siguientes ocho años, tiempo en el cual tuvo que sortear turbulencias políticas y revoluciones. El italiano se dedicó a levantar topográficamente cada rincón de Venezuela y estimar su población y recursos.
Asimismo, Codazzi efectuó una visita a la célebre Cueva del Guácharo el 3 de febrero de 1835 junto a un grupo de indígenas chaimas y recorrió un total de 1.070 metros, muchos más que los 472 metros que avanzó el naturalista alemán Alexander von Humboldt cuando se adentró en la gruta más de tres décadas y media antes.
La Comisión Corográfica concluyó sus labores en 1838, el mismo año en que el gobierno venezolano encargó a los escritores Rafael María Baralt y Ramón Díaz escribir una historia moderna y actualizada del país que complementara la labor geográfica de Codazzi.
En 1840, Codazzi y Baralt marcharon a Francia para supervisar la impresión y edición de las obras. Al año siguiente se publicaron el “Resumen de la Geografía de Venezuela”, el “Mapa General de Venezuela” y el “Atlas Físico y Político de la República”, de Agustín Codazzi, y el “Resumen de la Historia de Venezuela”, de Baralt y Díaz.
Aquellas publicaciones fueron pioneras en todos los sentidos, pues Venezuela pasó a ser la primera nación latinoamericana y una de las 20 en todo el mundo que disponía de una carta oficial completa y actualizada de su territorio: “La de Codazzi fue la única geografía científica y completa del país hasta comienzos del siglo XX”, explica Uslar Pietri.
El “Atlas” de Codazzi incluyó en su portada un famoso dibujo del ilustrador Carmelo Fernández, sobrino de José Antonio Páez, en el que aparecen sintetizados todos los climas y paisajes de Venezuela.
Alemanes en Aragua
Estando en París, Agustín Codazzi impulsó el proyecto de traer inmigrantes alemanes a Venezuela, en consonancia con las políticas que entonces adelantaba el gobierno nacional. Para ese empeño contó con la ayuda del adinerado terrateniente Martín Tovar y Ponte y su sobrino Manuel Felipe de Tovar, quien en 1860 se convertiría en el primer presidente venezolano elegido por votación popular, directa y secreta.
Los Tovar donaron unos terrenos que poseían en la localidad de Palmar de Tuy, ubicada en las montañas que rodean a los valles de Aragua, para el establecimiento de la futura colonia agrícola europea.
Codazzi logró convencer a 389 agricultores germanos, la mayoría provenientes de la cordillera del Kaiserstuhl (“Silla del Kaiser”), situada en el antiguo Gran Ducado de Baden, al suroeste de Alemania. De hecho, la elección de Palmar del Tuy como su lugar de asentamiento en Venezuela obedeció a su similitud con el clima de la mencionada zona europea.
Los alemanes llegaron a La Guaira el 4 de marzo de 1843 y tras numerosas vicisitudes llegaron a su destino final el 8 de abril, día desde entonces considerado como el origen oficial de la actual Colonia Tovar, así llamada por sus principales benefactores. En 1942 también se dio el nombre de “Tovar” al municipio que la alberga.
Turbulencias políticas, exilio y muerte
Agustín Codazzi siguió prestando servicios a Venezuela tras el fin de su labor geográfica. En 1846 incluso fue nombrado gobernador de la provincia (hoy estado) de Barinas. Pero la caída en desgracia de su protector, José Antonio Páez, en 1848, lo impulsó a abandonar el país al año siguiente y dirigirse a la vecina Colombia, que por entonces se llamaba Nueva Granada.
Las autoridades neogranadinas encargaron al italiano que emprendiera un levantamiento geográfico del país similar al que había hecho años antes en Venezuela. Se conformó entonces una nueva Comisión Corográfica con Codazzi al frente. Durante la restante década de su vida, nuestro personaje recorrió y cartografió todo el territorio colombiano.
También se consideró la posibilidad de replicar la experiencia de la Colonia Tovar en los llanos de Casanare. Pero el clima extremadamente cálido, propenso a la malaria, y la presencia de tribus hostiles en la zona frustraron el proyecto.
En 1859, mientras se encontraba en la aldea de Espíritu Santo, ubicada en el municipio norteño que lleva su nombre, cercano a la frontera con Venezuela, Agustín Codazzi enfermó de malaria y falleció el 7 de febrero a la edad de 65 años y medio.
Sus restos fueron depositados en la iglesia de San Juan de Dios de Bogotá. Pero la viuda de Codazzi solicitó el traslado de las cenizas a Venezuela. Desde 1942 reposan en el Panteón Nacional de Caracas.
