Mi jardín, ¡por fin lo arreglé!
Licenciada en Comunicación Social, Productora Creativa y por los momentos…
El jardín era una de las zonas que he estado postergando por meses, la lista de mis excusas era realmente larga, ellas me ayudaban a no tener que lidiar con esta área de la casa.
Entre el trabajo, viajes, visitas, citas médicas, flojera, cansancio o dolor menstrual, estas y demás prioridades le ganaban al arreglo del jardín.
Vale resaltar que no vivo en una mansión con 10 hectáreas de áreas verdes, solo es una terraza con unos materos viejos, desaliñados y con falta de atención.
Al quinto día de la cuarentena surgió la motivación, después de haber terminado 3 series en Netflix, haber visto todos mis podcast, limpiado la casa profundamente y me refiero que hasta la caja de los cubiertos está arreglada.
Busqué todas las ideas de qué hacer en casa, retomé la meditación y el yoga, hasta hice el primer arroz con leche en mi vida (obvio que llamé a mi abuela para la asesoría), llegó el momento de afrontar lo que tanto estaba ignorando.
El jardín: Manos a la obra
Mi compañero fue un buen aliado para esto, nos dábamos ánimo mutuamente y es que siempre hemos soñado con tener maticas hermosas y funcionales, pero será que estábamos esperando que aparecieran mágicamente o nos las dejaran los extraterrestres.
Una sábana vieja fue la base (no quería un reguero de arena); en ese momento empezó la acción, quitar las hojas secas, vaciar los jarrones de arena y cernirlos, se volvió un juego realmente relajante.
Recordamos de inmediato que esto hacíamos de niños, jugar con tierra era de lo más divertido en la infancia, con el ruido y responsabilidades de la adultez se nos va olvidando un poco la esencia y alegría en las pequeñas cosas de la vida.
En los detalles está la clave, pues lo simple se vuelve extraordinario. Reemplazamos materos, atendimos nuestras plantas de sábila y trasplantamos los hijitos ya que son las únicas que tenemos hasta ahora.
Los porrones ya están listos para recibir otras maticas, se nos ocurrió tener un huerto y las semillas del ají con el que hice el almuerzo este día ya están en proceso de germinación.
Por ahora esperamos que terminen estos días de cuarentena para ir en búsqueda de semillas, planticas medicinales y también especies que nos sirvan para la cocina. Mientras tanto, seguimos regando nuestras sábilas.
El jardín se convirtió en huerto, pero qué bien se sintió atender esta actividad que estaba posponiendo. ¿Ustedes qué han hecho en estos días de cuarentena?
¿Cuál es tu reacción?
Licenciada en Comunicación Social, Productora Creativa y por los momentos encontrándome con la escritura. Curiosa, soñadora, viajera. Experimentando Caracas.