Cuando el formato no está en blanco, La Profunda Obra de Belinda Celta
Noctámbula por naturaleza y amante de todas las ramas expresivas…
Belinda Celta forma parte del grupo de profesionales caraqueños que sigue apostando por el desarrollo de su amada ciudad, cree profundamente como artista que por medio de su obra puede comunicar un mensaje positivo, el cual desea compartir desde su corazón con el resto de los caraqueños que amamos el arte.
Crear, es para todo artista probablemente el verbo más importante, al escuchar este verbo la gran mayoría se imagina un proceso que inicia desde cero, desde la nada. Sin embargo, cuando se estudia diseño, aprendemos que lo más difícil es rediseñar; tomar algo que ya existe como tal y transformarlo a partir de un nuevo concepto, convertir una idea en otra nueva y distinta, para cumplir ahora otra función.
La innovación creativa que exige la expresión del arte a través de la transformación de distintos elementos, en otros nuevos; infiere una gran capacidad de abstracción, una visión profunda, un destacado conocimiento del comportamiento de distintos materiales, la aventura de la experimentación y una hermosa alma con un profundo mensaje que expresar.
Estas son precisamente algunas de las muchas cualidades que posee Belinda Celta, auténtica como todo artista que se destaca, logra plasmar en sus magníficas creaciones toda su esencia. La importancia de nuestras raíces, la interconexión de las vidas dentro del grupo familiar, la transformación de la historia desde la creación del individuo, hasta que el individuo es capaz de hacer su propia creación.
El poder de la palabra escrita de puño y letra
El círculo de la vida toma en las manos de Belinda nuevas formas y matices, en sus piezas podemos percibir características y anhelos originalmente humanos, tales como: el poder de la escritura, única e individual, que logra establecer un fiel documento de nuestra historia y la captura y recuperación del tiempo.
La conexión con nuestra madre, el ser que nos trajo al mundo, quizás el vínculo humano más poderoso, se percibe en la obra de Celta, entremezclado con la pintura, con las líneas del texto, logrando fusionar de manera magistral la creación humana con la divina, haciéndoles coexistir en perfecto equilibrio dentro de una misma naturaleza. Un cordón umbilical que logra la inmortalidad al ser mezclado con pintura, papel, tela y sentimiento. Es el arte de Belinda la captura de la memoria envuelto en el amor más grande que se vive aquí en la tierra, el amor de una madre. En ocasiones el material está conformado por lo que sería el producto del trabajo de ambas (madre y artísta), de manera que fragmentos de planos, diplomas de reconocimientos y de historias médicas, ecos y radiografías conforman ramas del mismo árbol.
De visita en el taller de la artista
Celta me recibe con la cordialidad que le caracteriza puedo observar las distintas etapas que le llevaron a través de su formación por un maravilloso camino hasta llegar al presente, sus piezas más recientes, que son el objeto de mi admiración no se parecen a nada que yo haya visto anteriormente, trabaja tiro y retiro de los formatos (en algunas de sus obras), al igual que los bordes, en un delicioso desafío a los límites que el material podría presentar, un movimiento tan natural como el de las hojas en el viento y tan personal como el relato de una anécdota, así es el arte que reina en el corazón de Belinda y que afortunadamente desea compartir con todos los que estén dispuestos a atravesar los portales y viajar para escuchar su historia, en cuyo relato nos podemos llegar a sentir conectados la gran mayoría.
Su obra es rica en variedad de colores y texturas, lucho con las ganas de tocar a cada instante, lo cual parece causarle gracia a Belinda quien se ríe y a quien no parece molestarle el contacto físico del espectador con las piezas. Cada obra invita a verla desde diferentes puntos, al voltearles cambia por completo el movimiento, la dirección y el sonido, el lenguaje es el mismo solo varia la estación como emisoras en la radio.
La bitácora del viaje
Dentro de sus creaciones Belinda me presenta el trabajo con la intervención de libros, quedo fascinada, para mí son la bitácora de su viaje, relatan los inicios de su experimentación, de su rediseño, nada sencillo lo que la artista logra establecer en cada página, logra ver en cada imagen una nueva opción gráfica, una propuesta visual totalmente diferente que renace de la mirada de quien puede ver más allá de lo evidente.
Iniciar el proceso creativo con un formato que no está vacío exige una claridad y convicción muy firme sobre lo que se desea plasmar, en ocasiones dejarse llevar para que el arte se exprese por sí mismo es la clave, y cuando todo fluye el concepto aparece en conexión directa desde el interior del artista ante los ojos del público.
Con cada pasar de páginas las sorpresas sobresalen en distintas dimensiones, los paisajes se transforman con gran movimiento en tiempo presente como escenas de una película, que hermosa experiencia poder ojear estos increíbles libros cuyas páginas nos relatan ahora las etapas de investigación de una artista que se descubre así misma entre los hilos de su pasado y nos muestra en distintos formatos piezas de una misma historia de la cual muchos nos podemos sentir protagonistas.
El arte de Celta no se limita a los formatos tradicionales, utiliza la madera, lienzos y MDF puedo ver bellísimos móviles, cajas con piezas individuales, libros transformados en nuevos objetos, láminas transparentes que nos cuentan una historia por capas cuyo orden es colocado por el espectador, en una especie de interacción lúdica que fusiona a la obra y al público en un mismo discurso.
A continuación compartimos la entrevista con la artista en donde Belinda nos relata sus inicios y los pasos que le llevan a su creación actual:
«Estoy en el mundo del arte de toda mi vida, desde muy pequeña en el kínder, ya la maestra le decía a mi mamá: uno deja a Belinda pintando aquí en este lugar, y allí se queda todo el día tranquilita. Ósea, que ya desde chiquitica expresaba mi interés e inclinación por el arte.
Después cuando yo estuve en la primaria, yo siempre estaba dibujando o pintando, luego al crecer mi madre me inscribió en el Colegio de Médicos en Las Tres Gracias , tendría ya como nueve años y comienzo entonces ya un estudio más formal de Pintura para niños. Pintábamos con témpera y sobrevivió solo este que te muestro aquí.
Luego empecé en el taller de Loris Vareli pintando en pastel y óleo, paisajes marinos, flores, bodegones, la mayoría están entre mis familiares, recuerdo que ellos en el taller colocaban mucho la música de Nicola Di Vari, y por eso cada vez que escucho su música me transporto a esa época con los caballetes, yo tendría como trece años. Ya en secundaria realice muchísimos dibujos en tinta china y color, pero no tengo ninguno, porque todos los regalaba, creo que quizás en casa de mi mamá exista alguno, más adelante estudie con la artista plástica Josefina Castellanos, cuya escuela quedaba en Las Palmas y allí pintábamos en carboncillo, pastel y finalmente óleo, a veces modelos en vivo, me encantaba el estudio de la figura humana y el entrenamiento en el dibujo.
Cuando termino el bachillerato doy inicio a la carrera de arquitecto, me separo un poco de la pintura, no merma mi pasión por el arte y tomo materia optativa de dibujo, allí dibujábamos a lápiz y para no perder la costumbre, nuevamente repartí mis dibujos entre mis compañeros, cuidado y alguna amiga de esa época tiene aún guardado alguno.
Cuando termino mi carrera, por esas casualidades de la vida, me entero que Josefina Castellanos sigue dando cursos, entonces regreso a su taller, para ese entonces ya yo estaba casada, y posteriormente mi hermosa bebe me acompañaba, lo mejor que me puede pasar a mí en la vida es pintar, yo siempre estoy pintando igual a cuando era chiquita.
Escogí la arquitectura porque tiene mucha relación con el arte, lo que me dio mucha formalidad, en esa época tenía los cuadros muy amarrados a lo clásico, había mucha geometría literal, dibujábamos mucho el Discóbolo y el David rodeados de volúmenes arquitectónicos.
Después yo busqué liberarme un poco de tanta rigidez y me quedaba la necesidad de perfeccionar el dibujo de la figura humana, entonces empecé los cursos en el Museo de Bellas Artes con el Maestro Abilio Padrón, con sus orientaciones aprendí a dominar el dibujo y pintura en acrílico.
Como yo siempre quiero ir más allá, me enteré de los cursos en el Ateneo de Caracas coordinados por Julia Cohen (extraordinaria amiga a quien agradezco sus consejos en el arte) entre los profesores estaba el Maestro Pedro León Zapata y él era algo fuera de serie, y allí es donde yo empiezo a comprender que el arte puede ir más allá a través de un concepto, de un lenguaje, no se trata solo de encontrar una técnica, inicio la búsqueda de mi misma.
Asisto a cursos con Antonio Lazo de arte contemporáneo y a través de él experimento con vídeos y me atrevo a trabajar con cosas fuera de lo común, tener esa búsqueda de una expresión que de pronto se contradice y te sacude cuando tú lo vez, en esa época hice muchos vídeos que son muy atrevidos, ese estudio me incentivó a continuar mi búsqueda de un lenguaje propio.
Eso me llevó a continuar mi búsqueda con Víctor Hugo Irazábal y un grupo de artistas que con frecuencia aún nos reunimos para compartir y discutir sobre el arte, para mí es un encuentro con el Arte, y allí es donde comienzo a trabajar con la intervención de libros para descubrir el trabajo con la escritura, dentro de esta investigación he realizado cuadros en donde le he propuesto al futuro dueño que también intervenga y que sea su propio texto o manuscrito el que genere ese cuadro.
Finalmente llego así a este trabajo actual que estoy exponiendo con el material médico de mi madre, realizo un homenaje al ser amado y así trasgredo, deconstruyo, reintrerpreto imágenes y textos a través de la línea y la materia para que no se escapen y renazcan de una manera diferente, que no se quede en el olvido, sino que se transforme en un hecho artístico.
Por mis venas corre el arte, el arte es algo demasiado bello, el arte es una pasión, no sé cómo explicarlo, pero el disfrute de uno poder crear y recrear contando que el color va y la línea viene, ósea es algo tan hermoso que solo el artista y el que aprecia realmente el arte puede entenderlo, en estos momentos quiero seguir investigando, hurgando dentro de lo más profundo de mi ser, siento que al fin he encontrado un lenguaje propio, es una manera de hablar, de expresarme diferente sobre mí y mi entorno.
Los colores los elijo de forma inconsciente, eso fluye solo, en cada momento es distinto, si el cuadro tiene fondo negro es porque en ese momento sentí la necesidad de expresar algún misterio diferente con más fuerza, en otras ocasiones es la claridad del sol la que predomina, mi paleta es muy variada y quiero que sea así, porque así son los sentimientos, alegría, tristeza, miedo, ira, siempre vamos cambiando según la vivencia.
Para mis exposiciones no tengo problema en que la exhibición se lleve a cabo al aire libre o en galerías y museos, pero a la hora de trabajar yo soy más reservada y prefiero el taller, al exponer uno se hace visible y lo mejor es poder disfrutar el feed back con el público, cuando a alguien se conecta y le gusta tu trabajo…¿ que puede ser más bello que eso? . Esa afinidad por algo que es mío, me parece algo increíble. Para los artistas emergentes mi consejo es que no se detengan y que permanezcan en esa búsqueda constante de esa pasión, que trabajen y trabajen mucho por su expresión personal y una vez que la encuentren que la compartan con el resto del mundo.”
De esta forma la artista plástico Belinda Celta nos relató su trayectoria y estoy muy agradecida con ella por habernos abierto las puertas de su hogar y de su corazón, segura estoy de que a esta maravillosa artista le espera un gran éxito porque puedo sentir como conecta con el público a través de un mensaje fuerte y claro, lleno de obras con interesantes texturas y planos que juegan con los colores de los sentimientos, piezas que nos invitan a tocarlas para ser tocados por Celta en lo más profundo del alma.
Próximas Exposiciones:
9 de Septiembre 2018 / Hora: 11:00 a.m. / Colectiva: Informalismos en el Arte Contemporáneo
Centro de Artes Integradas (CAI) / Curaduría de Susana Benko.
11 de Octubre 2018 / Hora: 5:30 a 8:p.m. / Individual: C’Est la vie. Se trata de la vida, se trata del amor… / La Alianza Francesa, Paseo Las Mercedes.
¿Cuál es tu reacción?
Noctámbula por naturaleza y amante de todas las ramas expresivas del arte ando en la búsqueda de nuestros grandes tesoros patrimoniales. Caracas está siempre lista para enseñar y sorprender a través de increíbles historias y mágicos rincones. Quiero ser parte de los que estén allí como testigo para luego poder compartir esas historias, mientras nos convertimos todos en sus protagonistas.