Recorriendo la Ciudad Universitaria de Caracas de Villanueva (1ra entrega)
La magia que envuelve a nuestra Ciudad Universitaria o Universidad Central de Venezuela se fortalece con el transcurrir del tiempo, aún en momentos difíciles, sin duda alguna puedo afirmar que no existe sombra que pueda opacar a esta casa. El 30 de Mayo se cumplen los 118 años del nacimiento del genial Maestro Carlos Raúl Villanueva, y La Guía de Caracas le rinde homenaje a su obra realizando un estupendo recorrido dentro de la UCV, su obra más significativa.
Cada rincón esconde una maravillosa sorpresa, cada paso nos lleva a un increíble descubrimiento, el genio de Villanueva sigue aquí intacto y en crecimiento, se alimenta con cada gesto de asombro de nosotros, sus admiradores. Esta construcción inconclusa alberga tanto arte exquisito que un solo día no bastará para abarcarlo todo, se los aseguro.
El magnífico vitral de Fernand Léger, realizado en 1954, estructurado en vidrio y concreto nos da la bienvenida dentro de la biblioteca central, nos envuelven sus colores reflejados en el magnífico piso de mármol, (nada es casualidad dentro de esta casa), lo cromático reinará en nuestro camino, mientras subimos por las escaleras con sus barrotes originales terminados en bronce, estudiantes por doquier, eso nos llena de alegría el corazón, las puertas de vidrio con sus particulares tiradores, el olor a madera impregna el lugar y los escritorios diseñados por Villanueva capturan nuestra atención, perfectamente ideados para adquirir conocimientos de forma ergonómica.
Al salir de la biblioteca un festín para nuestros ojos, los murales de Mateo Manaure, Víctor Vasarely y Pascual Navarro nos obligan a hacer una pausa, en días de sol las sombras juegan a ser parte de las obras, las fotos grupales no se hacen esperar, las texturas, los colores, cada quien tiene su favorito, difícil decisión.
Xiomara nos indica la dirección de la mejor perspectiva a fin de poder disfrutar del efecto visual completo. Un aire fresco nos acompaña todo el tiempo, Villanueva siempre pensó en aprovechar nuestro privilegiado clima dentro de las estructuras, la arquitectura al servicio de las necesidades humanas, todo un visionario que construyó en su mente estos espacios por los que transitamos hoy en completa armonía con las estructuras.
Cada detalle de la arquitectura fue meticulosamente planeado, cada mural cuidadosamente dispuesto, el día a día, la preocupación y el arduo estudio provoca que muchos de los que habitan regularmente o habitaron este maravilloso espacio patrimonio mundial, pasen desapercibidos tantos tesoros. Razón por la cual no es de extrañar que dentro de nuestro grupo se encuentren varios egresados de esta bella universidad.
De pronto el momento que muchos esperábamos se aproxima, iniciamos nuestra subida por la rampa mientras observamos el genial trabajo del concreto en los techos, y ante nosotros llenos de una gran expectativa lentamente se abren las puertas del gran Aula Magna, todos al unísono expresamos nuestro asombro, muchos hemos estado aquí en algún evento, pero créanme, verla de esta forma es totalmente diferente.
Solita para nosotros, en todo su esplendor el Aula Magna nos recibe mientras escuchamos a nuestra guía y miramos hipnotizados las magníficas Nubes de Calder, podemos jugar con el eco de nuestra voz, recuerdos y preguntas luchan por salir de nosotros y nos sentamos a descansar un rato mientras aprendemos.
Xiomara nos relata como Calder llamaba a Villanueva “El Diablo”, debido a que el artista dudaba sobre el éxito que tendría el arquitecto en la instalación de su obra. Obra que ahora flota mágicamente allí sobre nosotros quizás suspendida por la música de El gran Amphion de Henri Laurens, el cual se encuentra afuera cumpliendo con su misión de mantener todo en equilibrio.
Salimos de nuevo a la luz del sol y seguimos con nuestro recorrido ¿Sabían ustedes que el concepto generador del icónico reloj en tierra de nadie fue un manojo de lápices?, nos interroga nuestra simpática guía, mientras nos explica como un estudiante de la facultad de ingeniería lo activo de nuevo como parte de su trabajo de tesis de grado. Esta imponente torre de 25 mts fue creada en 1953 por Villanueva en equipo con Pavón, bajo su sombra nos hubiese atendido el famoso chichero, al que todos extrañamos hoy.
Muchas espléndidas obras fueron recibiendo a nuestro grupo, obras a las cuales les dedicaré el espacio que se merecen en próximas entregas, mientras, continuamos por los pasillos cubiertos en un recorrido que cada venezolano debe darse y regalarse, al inicio hable de la universidad como “nuestra” porque aún y cuando no tuve el honor de graduarme en la UCV estudio e investigo en sus bibliotecas, disfruto de grandes espectáculos en sus auditorios, corrí en sus pasillos cuando era una niña y me cuentan que por sus escaleras caminaron enamorados mis padres, es nuestra, amemosla y hagamosle sentir cuanto nos importa, llevemos a nuestros pequeños para que se entusiasmen desde ahora con lo bello del arte y el amor por el saber, el conocimiento que nos hace mejores ciudadanos. Además con nuestro pago del recorrido hacemos un aporte al mantenimiento de nuestro patrimonio.
Zapatos cómodos, agua y mucho entusiasmo, el recorrido es a pie, cámaras cargadas para capturar momentos únicos, el plan está servido, entonces sólo falta que le pongan fecha y hagan su grupo o se unan a conocer gente nueva que para luego es tarde, por allá nos vemos, porque me falta aún mucho por conocer.
Contacto para organizar recorridos: Xiomara González / Cel.04142318435
xiomara.gonzalez1966@gmail.com COPRED-UCV
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