Dentro del Centro Nacional de Acción Social por la Música se respira diseño con ritmo tricolor
Apenas se dan los primeros pasos dentro de esta magnífica construcción ya puedes sentir que la atmósfera ha cambiado, ciertamente al entrar sabemos que no estamos en un lugar común, ningún detalle fue dejado al azar, por el contrario cada material fue cuidadosamente seleccionado y cada metro de construcción bien planificado.
Todo aquí fue pensado en función del máximo aprovechamiento del espacio, el adecuado desplazamiento humano y sobre todo de la correcta difusión del sonido, pero no cualquier sonido, las notas de la maravillosa música que se crea y se enseña dentro de estas paredes son únicas y sublimes. Pueden creerme después de realizar un recorrido dentro de este majestuoso edificio el orgullo no les cabrá en el pecho, sentimiento alimentado por todo lo que puede lograr nuestra maravillosa nación y el anhelo de lo que se proyecta en el futuro.
Ahora comencemos como debe ser, el Centro Nacional de Acción Social por la Música (CNASPM) es la sede del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, el público ingresa por primera vez en el año 2009 a esta potente construcción de 14.750 metros cuadrados cubiertos de productos seleccionados por sus propiedades acústicas, fue el sueño de nuestro querido Maestro José Antonio Abreu moldeado por el ingenio del gran Arquitecto Tomás Lugo, quien alberga dentro de su amplia trayectoria la coautoría del Complejo Cultural Teresa Carreño, en equipo con el Ingeniero Marco Pitrelli vigilando cada fase, un equipo que logro sin duda algo mágico.
El edificio está conformado por 10 pisos, siete de ellos hacia arriba y tres sótanos que se encuentran luego de planta baja, en cada uno de ellos podemos encontrar elementos aislantes como piso de goma vulcanizada “pirelli”, puertas y ventanas con sellado especial, elaborados en fibra de vidrio y con la presencia de bisagras de retorno automático que presionan contra sellos de goma para asegurar la limpieza acústica del ambiente, lo cual permite las condiciones perfectas que requiere el músico practicante. Se trata de una estructura de imponente obra limpia donde el concreto es el protagonista.
La madera de virola se hace imprescindible como material noble seleccionado por sus cualidades naturales para el diseño de paneles reflectantes y tono-adsorbentes, distribuidas a lo largo de techos y paredes dentro de las habitaciones de ensayo y salones de conciertos. Los tesoros se esconden por doquier, incluso bajo nuestros pies, pisos de pino dentro de los salones y un magistral camino de espejo logrado en granito negro de origen Guayanés que nos guía en el Nivel 1. Hacia el Acceso a Patio Medio de la Sala Simón Bolívar, son apenas algunos ejemplos.
Un dato curioso e impresionante es el trabajo del aislamiento de tuberías, el desplazamiento de agua caliente y fría, potable y servida fue cuidadosamente planificado, las tuberías fueron revestidas con poliuretano expandido o fibra mineral de espesores variables, elementos elásticos tipo “sellocret”, colgadas con elementos elásticos formados por muelles y gomas. Este delicado trabajo impide que el sonido que normalmente produce el tránsito de las aguas a través de las tuberías perturbe la acústica dentro del edificio y sus distintas áreas.
Cada espacio se encuentra aislado en una caja suspendida dentro de la misma estructura del edificio, eso logra que puedan llevarse a cabo eventos en simultáneo, sin que interfieran entre sí. La concha acústica se encuentra conectada a un sistema web que verifica constantemente cualquier desperfecto en el manejo de las plataformas, se trata de un sistema de seguridad remoto para el control mecánico. Los detalles antisísmicos se encuentran presentes en toda la estructura, incluso en la concha acústica al aire libre, cabinas de grabación, camerinos, cafeterías, oficinas administrativas y sanitarios.
El Corazón de la estructura tiene un palpitar inigualable, el Órgano es un majestuoso instrumento elaborado por la Orgelbau Klausbun de Bonn, de Alemania, es un obsequio de la Fundación Polar, gracias a la Señora Tita Mendoza, construido bajo especificaciones del propio sistema, pisó nuestra tierra en octubre de 2006 y fue ensamblado bajo la mano de expertos calificados entre noviembre de ese mismo año y junio de 2007, siete semanas se llevó su afinación, único en Venezuela y en Latinoamérica, posee 64 tubos y enormes pedales para expresión romántica y contemporánea, persianas de madera que aumentan el volumen y secuenciador de memoria. Nos puede deleitar con canto de pájaros, agua de lluvia, truenos y las soberbias trompetas de batalla españolas incorporadas al diseño original.
La iluminación perfecta, cada sala posee una iluminación planificada y diseñada de forma individual, la Sala Simón Bolívar cuenta con un sistema de iluminación profesional, son más de 400 reflectores de diferentes dimensiones listos para crear la atmósfera en conciertos, ópera, ballet, danza y teatro. Existen barras motorizadas para colgar reflectores sobre el escenario, además de barras fijas en las posiciones laterales al mismo y en los puentes y balcones centrales. Aproximadamente 240 dimmers se encuentran distribuidos en los distintos puntos de enfoque de la sala, todo bajo el control de una consola de última tecnología.
¿Te animas a experimentar todo esto in situ? Llegate hasta la estación del metro de Colegio de Ingenieros, camina un poco a mano derecha y justo en la acera de enfrente todos los domingos te espera un concierto maravilloso,de tipo gratuito, ¿Quieres el plan perfecto?, allí te va, revisa la programación y cuadra para que puedas disfrutar de los deliciosos manjares del Mercado Peruano que se coloca enfrente cada domingo, espera la 2da entrega: Las artes integradas del CNASPM.
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