Sonrisopa, emprendimiento caraqueño
Encontrar la solidaridad y el ímpetu del esfuerzo en la mirada de un joven siempre llena el corazón de alegría y esperanza. Este fue mi afortunado caso cuando tuve la buena suerte de conocer a Ricardo Guevara, enmarcados en la belleza que nos brinda la GAN, conversé con este caballero que lucha por apoyar a quienes más lo necesitan, impulsado por su alma guerrera, poseedor de un suave y atinado verbo, va a donde más se necesita la ayuda, acompañado por quienes como él quieren sumarse a la causa más noble, la de regalar sonrisas recibiendo a cambio la satisfacción del más puro amor.
Este caraqueño abogado de formación inicial, amante de las expresiones artísticas y altruista por naturaleza encontró la forma perfecta de fusionar todos sus conocimientos profesionales para canalizarlo dentro de su pasión por ayudar a hacer de su sociedad un sistema más justo y equilibrado.
Ricardo nos comparte la historia de cómo se le ocurrió la idea de crear Sonrisopa, compartimos aquí de sus propias palabras el inspirador relato:
“Mis padres son ambos de Caracas, ellos nacieron en sectores populares de nuestra capital, mi madre es maestra de pre escolar jubilada, eso alimentó mi interés por la educación inicial, mi padre es electricista industrial, fabrica máquinas enormes, no solo para electricidad sino también electromecánica. Yo vengo de una familia donde siempre se cultivó el amor por el arte popular, mis tíos por parte de madre son cantantes, tocan cuatro, piano, guitarra, participan en coros, tengo un tío que pertenece a un coro dentro del Teatro Teresa Carreño, una tía que pertenece al Coro de Juventudes de la UCV, y en mi casa todo cumpleaños y fiesta en general era la excusa perfecta para armar un bochinche con música y actuación.
De manera que como desde chiquito era ya una costumbre, nunca supe lo que era el miedo escénico. La música tradicional fue heredada de mi abuelo, quien era de la Carbonera, Edo. Mérida, el tocaba el cuatro, y de él aprendimos el amor por las tradiciones como la paradura del niño, fueron estas tradiciones las que me hicieron pensar que con las comunidades se puede realizar actividades conjuntas, es decir, atacar un situación por resolver a través del arte.
Yo me gradué de abogado en la UCAB y de algún modo luego de trabajar en la administración pública me di cuenta que mi formación en esta área no era definitiva, surgió entonces la vena de conectar arte y sociedad. Ya estaba trabajando en temas artísticos y de derecho, inicio trabajo como fotógrafo para pagarme parte de la carrera, e inicio labor en páginas de eventos y espectáculos, cubría todas las noches de miércoles a domingo y estudio fotografía. Y un buen día estando en la universidad se me ocurre la idea de llevar teatro a comunidades desprovistas y eso fue natural porque en la familia siempre nos pedían hacer obras, así nació la Fundación Artistas 4×4, aún sin graduarme de abogado debutamos en La Casa del Artista y dio inicio el trabajo en los barrios.
Al graduarme, fundo un escritorio jurídico que esté enfocado a la protección de los emprendedores, así surgió IUREKA consultores, junto con mi socio y desde ese momento tratamos de incluir estos diferentes aspectos hacia la causa del apoyo a los sectores menos favorecidos.
En el 2017 es cuando nace la necesidad de ayudar con todos los niños que están padeciendo con el tema de la alimentación, y sobre todo niños en situación de calle o niños hospitalizados. Llevamos al principio obras de teatro y títeres a los hospitales infantiles, pero luego en nuestras mesas de trabajo surgió la idea de además llevarles alimento, aquí creamos Sonrisopa, incluimos a los padres que tienen muchas horas de espera, queríamos que fuese una sopa alegre, que solo se tratara de alimentarlos, sino que al comer también les hagamos reír. Conectamos con nuestra red de artistas, Sonrisopa la hemos venido haciendo en hospitales en barrios y ahora más recientemente en comunidades organizadas.
Nuestra meta es que la Sonrisopa sea replicable, con o sin la presencia de Artistas 4×4, es decir que la misma comunidad empoderada sea capaz de ejecutar la actividad una vez que nosotros les damos los insumos, hacerla permanente en el tiempo, las fundaciones hoy en día debemos pensar en sembrar la semilla para que al germinar la sociedad pueda hacerse de ese valor por sí misma. Ahorita estamos trabajando en Catia con las Comunidades El Nacimiento y El Mango, con aliados como el Pre escolar Jacinto Vena Vente donde hacemos la entrega de sopas semanales, y lo mejor de todo es que estamos intentando hacer la recuperación del riesgo nutricional, tenemos alianza con la Fundación más vida más salud, donde fuimos entrenados para documentar talla y peso de los niños, a través de talleres de antropometría, para estar más capacitados, la idea es crear una data en las comunidades, para lograr registros positivos.
Los insumos para la fundación nos llegan por dos vías; la primera es con personas que se ponen en contacto con nosotros, recogemos las verduras, las guardamos y las preparamos para el lugar donde se llevará la sopa, la segunda es a través de metálico, las donaciones son bienvenidas para temas del transporte, logística y organización. Muchas personas no se ponen a pensar que detrás de un evento con la comunidad existen varios aspectos delicados que tratar, alguien se desveló haciendo un diseño, tema administrativo.
Otra forma es por medio de eventos para recaudar fondos, tuvimos experiencia con el artista Oscar Olivares, quien pertenece a nuestra red de artistas, presentó la exposición más grande que ha realizado hasta ahora en el país, se llamó “Venezuela una luz infinita” y un porcentaje de las ventas de obras fue destinada a la fundación. También tenemos alianzas con pastelerías como Con chocolate Venezuela, quienes tuvieron la gran idea de hacer un día de ventas a favor de la fundación. Vamos ahora a hacer ventas de rosquitas de anís dulce para recaudar más dinero.
El tema de los envases fue un obstáculo que solucionamos usando vajilla del mismo lugar a donde llegamos, decidimos una semana antes todo, cada niño lleva su plato y aunque tenemos varios platicos plásticos siempre llegan más niños de los que uno piensa.”
El amor que le debemos tener a las tradiciones venezolanas enraizado con la mano que se le tiende al hermano necesitado de ayuda, este es el gran valor que nos siembra Ricardo Guevara, quien nos señala el camino hacia la búsqueda del desarrollo sostenible, siempre en favor de las comunidades, Guevara nos recuerda que todos en equipo, lograremos el cambio que tanto anhelamos, así que anímate a participar y a contribuir con esta bella causa Sonrisopa pone la sazón y tú las sonrisas, alimentando el cuerpo y el alma que se nutre de cariño y cultura.
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