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Luis Razetti: Más que un hospital

Luis Razetti: Más que un hospital

Razetti

El Oncológico Luis Razetti, ubicado en Cotiza, es uno de los centros hospitalarios más importantes de Caracas y debe su nombre a una personalidad fundamental de la medicina venezolana del siglo XX, entre cuyos logros destacan la modernización de la cirugía criolla, la fundación de importantes instituciones médicas nacionales y  su cruzada para erradicar varios de los peores males que aquejaban a la sociedad de su tiempo.

Los inicios

Luis Razetti nació en la esquina El Conde, en el centro de Caracas, el 10 de septiembre de 1862. Su padre, Luigi Razetti, era un comerciante de origen genovés y su madre, Emeteria Martínez Sanz, era nieta de Miguel José Sanz, quien fue tutor de Simón Bolívar, fundó el Colegio de Abogados de Caracas, contribuyó a la difusión del ideario independentista y murió en 1814 durante la batalla de Urica contra el caudillo realista José Tomás Boves.

Miguel José Sanz

Razetti entró a estudiar en la Universidad de Caracas en 1878 y obtuvo el título de doctor en Medicina y Cirugía el 4 de agosto de 1884. En ese entonces la máxima casa de estudios tenía su sede en el actual Palacio de las Academias, un edificio neogótico ubicado en las cercanías de la Asamblea Nacional.

Palacio de las Academias

Tras salir de la universidad, Luis Razetti se desempeñó como cirujano y obstetra en diversas zonas del interior del país durante los siguientes cinco años. Consciente de la necesidad de ampliar sus conocimientos más allá de las fronteras nacionales, el joven médico logró una designación como cónsul en Marsella en febrero de 1890, pero pocos meses después se le concedió una beca para estudiar en París.

Labor ardua

En la capital francesa, Razetti se especializó en cirugía y obstetricia, tomó varios cursos prácticos y asistió a cirujanos famosos. Regresó a Caracas en 1893 con un firme propósito: “Contribuir, como uno de tantos, a la obra necesaria de restaurar la medicina científica en Venezuela, es decir, colocar de nuevo esta ciencia a la altura que la colocó Vargas en 1827, cuando fundó los estudios médicos en este país”, según sus propias palabras.

Durante las siguientes décadas, Luis Razetti efectuó una importante labor de renovación médica en Venezuela. Son numerosos sus logros en materia científica, gremial e intelectual.

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Luis Razetti

Fundó la Asociación de Médicos y Cirujanos de Caracas (1893) y la Gaceta Médica de Caracas ese mismo año. Asimismo, estableció la enseñanza clínica en el Hospital Vargas (inaugurado en 1891) e implantó los concursos para internado y externado de hospitales.

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Hospital Vargas

Regentó varias cátedras médicas en la Universidad de Caracas, entre ellas de la Anatomía, que ocupó por 16 años. También fue vicerrector y rector de dicha casa de estudios.

Igualmente, Razetti fundó el Colegio de Médicos de Venezuela (1902),  la Academia Nacional de Medicina (1904) y fue secretario perpetuo de esta última hasta 1924. Por otra parte, en 1911 fundó el Congreso Venezolano de Medicina, el Instituto Anatómico y abrió la primera clínica privada de Caracas para “hospitalizar enfermos y hacer grandes operaciones de cirugía”.

Razetti también abanderó campañas contra el alcoholismo, las enfermedades venéreas y la mortalidad infantil y abogó por legislar y educar para combatir dichos males.

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Luis Razetti

Su obra escrita es abundante, pues abarca ocho libros, más de 600 artículos en periódicos y publicaciones especializadas, una autobiografía y 23 folletos.

Controversia científica

Movido por su enorme fe en la ciencia, Razetti fue uno de los principales divulgadores en Venezuela de la teoría de la descendencia, inspirada en el evolucionismo darwiniano y que defendía el desarrollo de todas las especies de la tierra a partir de formas simples originadas en los tiempos primitivos.

Charles Darwin

Estos postulados lo hicieron chocar con la Iglesia y varios colegas partidarios del Creacionismo, quienes defendían la vida como un acto de voluntad divina, en consonancia con las enseñanzas bíblicas.

En su rol de secretario perpetuo de la Academia Nacional de Medicina, Luis Razetti pidió a esa institución “declarar cuál es la doctrina que acepta para explicar el origen, desarrollo y descendencia de la materia viva en la tierra”. Los debates se extendieron durante  varios meses, entre finales de 1904 e inicios de 1905, y concluyeron con la validación definitiva de las posturas de Razetti.

Uno de los participantes en esta controversia fue otro gran médico venezolano: el hoy beato José Gregorio Hernández, quien, como devoto católico, se declaró partidario del creacionismo, aunque también argumentó que “la academia no debe adoptar como principio de doctrina ninguna hipótesis, porque enseña la Historia que al adoptar las academias científicas tal o cual hipótesis como principio de doctrina, lejos de favorecer, dificultan notablemente el adelantamiento de la ciencia”.

José Gregorio Hernández

Pese a sus diferencias ideológicas y doctrinales, Razetti y Hernández siempre se profesaron admiración y estima mutuas.

Llega la peste

Entre 1918 y 1920, el mundo sufrió la pandemia más mortífera de todos los tiempos. El causante fue un brote agresivo del virus de influenza A, subtipo H1N1. Se estima que causó la muerte de entre 50 y 100 millones de personas en todo el planeta.

Enfermos de gripe española

En ese entonces el planeta estaba sumido en la Primera Guerra Mundial y una férrea censura militar impedía a la prensa de los países inmersos en el conflicto informar sobre la enfermedad. No era el caso de España, cuyos periódicos hablaban abiertamente del tema al ser una nación neutral.

Por ese motivo, se creyó (erróneamente) que la pandemia había tenido su origen en España y se la bautizó con el nombre que tiene hasta hoy: “gripe española”.

Los primeros casos de gripe española en Venezuela se registraron en La Guaira el 16 de octubre de 1918. Desde allí la enfermedad avanzó hasta Caracas, donde el primer deceso ocurrió el 23 de octubre en el Hospital Vargas, y continuó extendiéndose por el resto del país.

Se estima que hasta abril del año siguiente la gripe causó la muerte de entre 25 y 75 mil venezolanos, es decir, del 1 al 3% del total de la población, que por entonces era de 2,5 millones de personas.

Una de las víctimas de la gripe española fue el coronel Alí Gómez, de 26 años e hijo predilecto del dictador Juan Vicente Gómez.

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Alí Gómez

Para paliar los efectos de la gripe en Caracas, se conformó la Junta de Socorro del Distrito Federal, encabezada por el arzobispo de la capital, Felipe Rincón González, e integrada por ocho personas, entre ellas el doctor Luis Razetti.

La Junta implantó una cuarentena radical mediante la prohibición de eventos públicos, reuniones sociales y el cierre de iglesias, salas de concierto, cines, colegios y otros lugares públicos. Asimismo, se crearon siete hospitales de emergencia, 17 dispensarios y ocho comedores populares.

Cuando disminuyó el número de contagios, las restricciones empezaron a levantarse a finales de 1918 y la Junta concluyó oficialmente sus funciones el 1 de febrero de 1919. En total se estima que hubo mil 960 fallecidos en Caracas y el estado Vargas/La Guaira.

Muerte de un santo

El 29 de junio de 1919, mientras se encontraba en su casa, Luis Razetti recibió una terrible noticia: Su colega José Gregorio Hernández había sido arrollado por un automóvil mientras se dirigía a comprar unas medicinas en la esquina de Amadores de la parroquia La Pastora.

Muerte de José Gregorio Hernández

Razetti salió al Hospital Vargas, adonde habían llevado al “médico de los pobres”. Pero cuando llegó, el capellán del lugar le informó que Hernández estaba muerto.

Luis Razetti examinó el cuerpo y firmó el acta de defunción, en el que constató que Hernández “tenía fracturada la base del cráneo. Presentaba también una pequeña herida y un hematoma en la sien derecha, edemas bajo los párpados, hemorragias por la nariz, los oídos y la boca, y en ambas piernas, más arriba de las rodillas, una franja amoratada”.

Al día siguiente, el doctor Razetti pronunció un discurso durante el entierro de José Gregorio Hernández en el Cementerio General del Sur: “Fue médico profesional al estilo antiguo: creía que la medicina era un sacerdocio”, afirmó.

Entierro de José Gregorio Hernández

Exilio, últimos años y muerte

El jueves 10 de abril de 1924, Luis Razetti pronunció un discurso en la Academia Nacional de Medicina en el que denunció el aumento de la mortalidad infantil en Caracas y llamó a proteger de manera especial  a este sector de la población: “Los gobiernos deben proteger al niño para que llegue sano y robusto a la edad adulta y pueda ser una unidad biológica útil al progreso de la comunidad”, dijo el médico.

El régimen de Juan Vicente Gómez interpretó estas palabras como un ataque a su gestión e instó a Razetti a retractarse, pero éste optó por exiliarse a la isla de Curazao, donde permaneció diez meses. Durante su ausencia se lo despojó de su cargo de secretario perpetuo de la Academia Nacional de Medicina, que venía desempeñando desde  1904.

Juan Vicente Gómez

Luis Razetti regresó a Venezuela en julio de 1925 y vivió y trabajó en Caracas hasta su muerte a causa de un ataque al corazón el 14 de mayo de 1932 a la edad de 69 años y medio. Sus restos descansaron en el Cementerio General del Sur hasta el 23 de junio de 1982, cuando ingresaron al Panteón Nacional.

El edificio que alberga el Oncológico que lleva su nombre, de estilo neocolonial, se concluyó en 1938 y su arquitecto fue Luis Eduardo Chataing, abuelo del animador Luis Chataing.

Luis Razetti modernizó la medicina venezolana, fue colega de José Gregorio Hernández y enfrentó la pandemia de gripe española
Oncológico Luis Razetti
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