Ennio Tamiazzo, la huella de un muralista en Caracas

La Licenciada Sonia Verenzuela nos compartió una valiosísima información, vital para la apreciación de nuestro patrimonio y la adecuada conservación de los tesoros artísticos y arquitectónicos que aún permanecen erguidos en nuestra querida Caracas. Ante el terrible ataque de la desmemoria, un problema que debemos erradicar de nuestra cultura, si deseamos crecer como ciudadanos, la Lic. Verenzuela aspira con sus investigaciones lograr generar mayor interés por nuestra historia. El rescate de la herencia que nos pertenece necesita sin duda de toda la ayuda posible, de manera que son todos bienvenidos a unirse a la hermosa tarea de indagar y destacar las joyas que se encuentran en cada rincón.

Tomando como fuente la investigación desarrollada por Blanca Rivero, titulada: CARACAS: UN MUSEO DE ARTE URBANO, trabajo presentado en la Universidad Central de Venezuela, la Lic. Verenzuela nos explica:

“Ennio Tamiazzo nació el 5 de junio de 1911 en Saonara, Italia. Inició su aprendizaje en la escultura con diecinueve años de edad, trabajando el mármol para obras de carácter funerario. En los años 30 viajó a Francia, y en París laboró como ayudante de un Tío en una feria internacional de escultura que se realizaba en aquel país. En 1935, incrementó sus conocimientos en la pintura y la escultura; luego de una estadía de dos años en la Ciudad Luz, regresó a Italia para alistarse como soldado y partir hacia el África Oriental; en aquel momento realizó retratos a generales, demás oficiales, soldados y civiles.

Luego de finalizada la 2da. Guerra Mundial, retornó a Italia y trabajó en el taller del pintor italiano Mario Sironi (1885-1961). Impartió clases de pintura y escultura en el Instituto de Arte Pietro Selvático en Padova, su provincia natal. Entre los años 1953 al 1959 arribó a Venezuela; y realizó una serie de murales a lo largo de seis años en edificios multifamiliares recién construidos en la década de los años 50 en Caracas.

Su trabajo artístico podemos dividirlo en tres fases; la primera, entre 1954-1955, la cual se caracterizó por la técnica del bajo relieve; la segunda, desde 1954 hasta 1955, se basó en frescos y esculturas y la tercera, en el lapso 1957- 1959, se caracterizó por altos relieves y mosaicos. Firmó sus obras como “TAM”.

Sus trabajos los podemos contemplar en Caracas y otras ciudades venezolanas a pesar del paso del tiempo y son los siguientes: el mural en el edificio Viulma (1954) del arquitecto marabino Guido Bermúdez Briceño en la Urbanización El Bosque, Chacao; mural en el edificio Roén III, en la urbanización San Bernardino, entre las avenidas José Félix Ribas y el Paraíso, frente a la panadería la Mansión del Pan de Quiteiro y la plaza Rodó; mural en el edificio Humboldt (1955) del arquitecto Narciso Bárcenas, conocido como el Especialista y el ingeniero F. Puglia, en Altamira diagonal al Sur-Este de la Plaza Altamira o Plaza Francia, en la Avenida Francisco de Miranda; mural en el edificio Eica (1957), en Bello Monte; el del Círculo Militar de San Cristóbal, Edo. Táchira (años 50); y el mural del edificio Yoraco, en Colinas de Bello Monte, Caracas.

La técnica aplicada por Tamiazzo consistió en colocar diminutas piezas de mosaico italiano de diferentes colores que, por repetición, abarcaron grandes superficies verticales. Las historias en ellas reflejadas representan personajes con características fenotípicas del indígena, el afrodescendiente y el blanco, presentes en nuestra cultura, además de instrumentos musicales, trajes típicos, tradiciones locales y otros folclóricos.

Tamiazzo retornó a Italia en los años 60, luego de una prolífera etapa en Venezuela, dedicándose a trabajar como escultor en grandes hoteles, tales como el Park Hotel, el Embajador y el Tritón, sólo por citar algunos lugares que poseen sus obras de arte. El famoso pintor y escultor italiano, Ennio Tamiazzo falleció en Roncaglia di Ponte San Nicolás, Italia, en el año 1982”.

Sin duda alguna casi todos reconocimos las maravillosas obras del Maestro Tamiazzo en las fachadas de los edificios que forman parte de nuestro recorrido urbano cotidiano, pero pocos conocían los detalles acerca de su creador, un gran artista que nos recuerda la riqueza que surge producto de la fusión cultural. Precisamente nos encontramos celebrando la semana de la lengua italiana en el mundo, y no podía existir un mejor momento para resaltar el trabajo de un artista que logró fusionar dos pabellones tricolores en un solo corazón, el cual late con mayor fuerza al observar la profunda huella que dejó en la apariencia de nuestras ciudades, a través de sus originales y poderosos murales un gran Maestro Ítalo-Venezolano llamado Ennio Tamiazzo.

Para mayor información pueden visitar: https://fundaayc.wordpress.com/tag/ennio-tamiazzo/.