El collage onírico en la pintura de Edgar Ramos

Desde temprana edad cuando estudiaba en la escuela Cruz del Valle Rodríguez, en el Estado Bolívar, Edgar Ramos ya manifestaba su respuesta al llamado del arte, pintaba en varios cuadernos y también algunos pupitres. En una ocasión su maestra descubrió quien era el autor de aquellas obras, y a partir de ese momento se convirtió en el encargado de la cartelera, desde el primer grado hasta el sexto de manera continua, lo cual asumió como una responsabilidad sumamente placentera. (En portada: Obra de Edgar Ramos, Picasso en azul, 2021, técnica mixta: acrílico, óleo pastel, óxidos ferrosos, óleo sobre tela y collage, 1.35 x 1.60 cm).

Ramos recuerda cuando su prima quedó seleccionada dentro de un concurso desarrollado por una emisora de radio en Bolívar, con un dibujo que él realizó a petición de la concursante, quien resultó ganadora de una bella bicicleta. Resalta que un momento mágico ocurre cada vez que tiene un lápiz, bolígrafo o cualquier material de dibujo a su alcance. Ramos pinta sobre gran variedad de temas con un estilo que hasta el día de hoy se mantiene en sus trazos, sea cual sea el soporte que intervenga. Para contarnos todo lo que ha sucedido desde aquellos días de la infancia a la actualidad el artista nos concedió una grata entrevista que a continuación compartiremos con todos ustedes.

Sobre la Obra de Edgar Ramos

Su trabajo de gran formato contiene en ocasiones la presencia de personajes enigmáticos, seres inventados que habitan paisajes que algunas personas podrían calificar de «imposibles». En algunos lienzos hacen su aparición íconos resignificados, y el paisaje puede variar de una escena urbana a un infinito retrato de la naturaleza que se convierte en la protagonista del discurso. Ramos logra envolver cada uno de sus cuadros dentro de la sorpresa que genera el cuidado en los detalles llenos de simbolismos, utilizando de vez en cuando el misterio para activar la curiosidad del espectador.

El color es de gran importancia dentro de su trabajo, no sólo como material creativo expuesto en una paleta cromática infinita, sino también como objeto de estudio temático dentro del concepto generador de varias de sus propuestas. El manejo de la infinitud espacial y los portales intemporales nos invitan a realizar viajes en donde tendremos que inclinar la cabeza, para cambiar el ángulo de nuestra percepción que será continuamente retada entre reflejos, huellas, texturas y manchas, que se difuminan para fundirse entre los distintos planos que invitan a releer todo primero por partes y luego en conjunto. El tema de la figura humana y la interacción de ésta con el medio que le rodea suele ser un tema que se plantea el artista, y en algunos trabajos hace homenajes a los grandes maestros que él admira. Sin duda alguna, se trata de una obra que puede capturar la atención de un público conformado por diversas edades, durante extensos y reflexivos períodos de tiempo.

CONVERSANDO CON EDGAR RAMOS

La selección de la pintura

Una vez que salí de la escuela primaria, sabía y sentía que el arte era mi pasión y por eso ingresé en la escuela de arte en María de Machado, fui muy afortunado de estudiar con grandes profesores, a los que recuerdo con mucho cariño, entre ellos: Arsenio Pasarini Latorraca, mi profesor de escultura, allí recibí clases de fotografía, tallas y cerámica, pero siempre me incliné por el dibujo y la pintura con óleo. Lamentablemente, la escuela cambió de nombre y actualmente se llama Casa de Tejas. Sin duda alguna, el inicio de mi obra y mi primera inspiración nacieron en la escuela y en los hermosos paisajes de Bolívar mi tierra natal, con sus atardeceres y mágicas atmósferas.

El público y su obra

Una de las anécdotas más bellas que recuerdo involucra a una doctora que actualmente vive en España; ella me contactó a través de las redes sociales para contarme que tenía un cuadro pintado por mí que su esposo le llevó como un regalo a su regreso de un viaje que hizo para Venezuela, el cual compró en una galería. Luego compartió lo emocionada que se sintió por el cuadro desde el día que él se lo entregó. Después ella le pidió a su esposo que al regresar aquí por unos asuntos de negocios por favor le comprara otro cuadro del mismo autor, y así fue, le regaló otra de mis obras, ahora nos mantenemos en contacto y sigue de cerca mi carrera profesional.

La evolución del camino artístico

Al principio no fue muy sencillo, ya que los materiales para trabajar la pintura en Bolívar eran limitados y el factor económico también influía, pero a pesar de todo seguí adelante. Luego la situación fue mejorando cuando al llegar a Caracas conseguí trabajo junto con mi hermano en una agencia de publicidad que se dedicaba a la confección de carteleras de cine.

Más adelante logré combinar ese trabajo con otro dentro de la Universidad IMPM UPEL, en la cual tenía un cargo en la Unidad Tecnológica Educativa – Sección de Diseño Institucional como Diseñador Gráfico, todavía recuerdo los murales que pinté en la entrada del instituto, con la imagen de nuestro libertador Simón Bolívar, afortunadamente hoy en día existen dentro de la universidad.

Mientras desempeñaba el cargo de Diseñador Gráfico, en paralelo logré vender algunas obras de arte de mi autoría en varias exposiciones, tanto individuales como colectivas, y en unas cuantas subastas también. Luego me contactó un amigo de la infancia, el artista plástico Trino Sánchez, quien me invitó a ayudarlo en su taller en la elaboración de sus obras de arte. Fueron muchos años compartiendo experiencias, como ayudante y vendiendo mis propias obras de artes.

Ahora me encuentro en un espacio nuevo en Colinas de Bello Monte, experimentando con distintos materiales, tales como telas y óxidos ferrosos dentro del collage en formatos grandes, preparándome para nuevas exposiciones en salas dentro de Venezuela y posiblemente salones y colecciones internacionales. Cada día me llegan nuevas ideas y las ganas de trabajar con distintas técnicas. Nunca me canso de impresionarme de las innovaciones que surgen con cada jornada laboral. Estoy muy agradecido con mi equipo de trabajo: Yhoan, Juan y Pietro quienes son un apoyo invaluable dentro de toda la investigación que llevo a cabo y son incondicionales a la hora de poner en práctica todas las nuevas ideas.

En la actualidad estoy experimentando la interacción de diversos materiales, soportes y formatos, siempre manteniendo el estilo que desarrollé desde mis comienzos. Sea cual sea el proyecto que emprenda trataré de proyectarme tanto nacional como internacionalmente para seguir representando a mi hermoso país Venezuela, donde sea que se encuentre mi obra. Proyectos por cumplir siempre surgirán, cada día es un nuevo día de investigación. Como decía Picasso: “No nací aprendido pero he aprendido desde que nací”.

Los referentes dentro de la obra de Edgar Ramos

En realidad hay un artista muy polémico en el mundo del arte que siempre me inspiró: Fernando Botero, y otro Maestro al que siempre he admirado por la forma de pensar que tenía y la manera de hacer sus cosas es Pablo Picasso, hay una frase de Picasso que me gusta mucho: “Todo lo que puede ser imaginado es real”.

El caraqueño y su ciudad

El caraqueño tiene una enorme suerte que no se tiene en todas partes del mundo, estamos rodeados de una obra de arte mágica brindada por la naturaleza que ha inspirado a muchos artistas, esa obra es el gran Ávila que yo mismo he pintado varias veces. Además tenemos obras urbanas de gran importancia realizadas por Maestros como Soto, Cruz-Diez, Otero, todas las artes integradas dentro de la UCV, las maravillosas creaciones de Sydia Reyes, Omar Carreño, Narváez, entre otros, vivimos en un gran museo rodeado por una gran obra de arte.

A los nuevos artistas les recomiendo que no desfallezcan, que sigan adelante y crean en ellos mismos, en lo que hacen, vendrán momentos oscuros y esos deben utilizarse para seguir creciendo. Picasso decía: “Yo no pinto lo que veo, yo pinto lo que pienso”.

Para conocer más sobre la obra del artista plástico y diseñador gráfico Edgar Ramos pueden seguirle por Instagram: @edgarramos3001