El Ávila: nuestra imponente acompañante
Me gusta pensar que a todos los lugares que voy El Ávila es mi fiel acompañante. Puede sonar un poco extraño, lo sé, pero te lo voy a explicar mejor.
Cuando camino por mi ciudad Caracas y miro hacia los lados siempre encuentro consuelo y compañía a nuestra querida Warairarepano, porque a todos lados que voy, ella está ahí, siguiéndome como una silenciosa compañera de viaje. Desde pasar por Bellas Artes a las 6:30am para llegar a mi universidad y ver el amanecer con el Ávila de adorno, es algo digno para detener todo por un instante y apreciar lo que el valle de Caracas me ofrece todas mis mañanas.
El Ávila no solo es una montaña que adorna gran parte del horizonte de la ciudad, también es un lugar que esconde secretos y muchas cosas que hacer en su interior, como por ejemplo: en la cima se encuentra un imponente hotel de muchos años de antigüedad, siempre me he imaginado como sería la vista de mi ciudad desde tan majestuosa altura. También podemos encontrar ahí mismo una bandera de nuestro país gigante que ondea con la fuerza del viento, siendo algo increíble de ver para el ojo humano; y como estas, muchas cosas más puedo decir.
Sus maneras de recorrerla es para todos gustos y colores, ya que la puedes conocer caminando y respirar todo el aire puro, limpio y frío que esta te brinda solo con adentrarte en sus bosques y cascadas, hasta subir por un teleférico que te ofrece una vista desde las alturas inigualable para luego llegar a su destino y ofrecerte muchas más vistas como esas pero del Caribe y Caracas, algo como el ying y el yang, un complemento perfecto.
Entonces, pensar en todas las cosas que podemos conocer en su interior, ver lo hermosa que es y lo divertida también que esta puede llegar a ser, la convierte en fuente de energía todas las mañanas… y si me desanimo en el día, solo hace falta voltear y ver el horizonte que sé que El Ávila siempre va a estar ahí, acompañándome y dándome ánimos cada vez que lo necesite. Bueno, como dije al principio, es mi fiel acompañante.
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